Situado en una zona altamente sísmica, los habitantes chilenos han tenido que enfrentarse a varios terremotos potentes y rehacer en diferentes ocasiones muchos de sus pueblos y edificios singulares. Esto ha influido tanto en el paisaje del país, con una orografía sin igual, como en el carácter de sus gentes, que han aprendido a sobreponerse a los tiempos difíciles que les ha tocado vivir. Con todo esto, Chile es uno de los países en vías de desarrollo que más está avanzando a nivel económico y de libertades sociales. Hoy en día la tasa de alfabetización está en torno a un 98%. Su cálida acogida al turismo hace que podamos gozar de todas las comodidades que necesitemos en gran parte de su territorio.

Las culturas ancestrales que han poblado el país desde tiempos inmemoriales han seguido con sus costumbres precolombinas, adaptándose a la llegada de nuevos tiempos. Lo que más perdura es la gastronomía tradicional, de la cual bebe el completo de la nueva cocina chilena, que está siendo cada vez más exportada en todo el mundo. En las ciudades más pobladas encontraremos un bullicio propio de Europa, aunque los tiempos de los oriundos en general son muchos más pausados. Lo mejor será dejarnos llevar por el ritmo de vida local y visitar los barrios más característicos de cada metrópoli, donde conoceremos el Chile más puro y moderno a la vez. Pero lo que de verdad nos cautivará es su infinita naturaleza. Con el Desierto de Atacama al norte, la fría Patagonia al Sur, sus más de 3.700 islas, las montañas de los Andes, grandes valles y volcanes y sus impresionantes glaciares podremos gozar en un mismo viaje de todo aquello que siempre hemos deseado ver. Si somos muy atrevidos y exploradores y nos gusta el frío, podríamos ser unos de los pocos que se adentran al Terreno Chileno Antártico. Cabe destacar también la singularidad de la Isla de Rapa Nui, que constituye casi un viaje en sí mismo para descubrir la misteriosa cultura que levantó los bustos gigantes más misteriosos de todo el planeta.