En la región de Los Lagos, una de las más apreciadas de Chile, encontramos la localidad de Osorno. La ciudad brilla por sí misma, pero el entorno natural que la envuelve ensalza su unicidad y su magia. Suele tomarse la ciudad como punto de partida para llegar a Port Montt, pero no debemos perder la oportunidad de repasar todos los musts de la ciudad.

Las casitas de madera son la tónica en esta urbe, si no estamos acostumbrados a este estilo arquitectónico no podremos dejar de fotografiar cada rincón. Podemos hacer una parada en la Plaza de las Armas, desde donde contemplaremos la bella Catedral de San Mateo, levantada en un claro estilo ojival, todo un símbolo del catolicismo heredado de los colonos. Para empaparos de la historia singular del lugar lo ideal será visitar el Fuerte Reina Luisa, construido en 1794 para protegerse de posibles ataques de piratas y mapuches y para favorecer así la repoblación de la ciudad. Hoy en día se ha reconstruido varias veces, pero conserva el carácter de las fortificaciones más auténticas. La cultura también forma parte de la rutina de la ciudad, si queremos acercarnos a ella será suficiente con realizar una visita a alguno de sus numerosos museos: el Museo Histórico Municipal, la Sala de Exposiciones Fuerte Reina Luisa, o Museo Interactivo, entre otros. Hay mucho por elegir en una ciudad tan pequeña, ¿verdad? Si queremos paisaje no tenemos más que salir del territorio urbano. Las grandes extensiones de prados verdes son el lugar ideal para el pasto y la producción de queso, uno de los productos destacados de la zona. La mejor opción para terminar nuestra visita podría consistir en relajarnos frente alguno de los lagos de la región, degustar un queso de kilómetro cero y catar los vinos producidos en los valles del país.