Una geografía tan variada como la italiana multiplica las opciones de que, en tu recorrido, te encuentres con todo tipo de paisajes. Hay regiones donde podrás ir saltando de un pueblo con encanto a otro, en una ruta que no te permitirá guardar la cámara de fotos ni un solo instante.
Un buen ejemplo de ello es la comarca de Cinque Terre, formada por cinco idílicos pueblos que se asoman al mar a través de terrazas y acantilados. Esta zona, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, está situada entre las localidades de Levanto y La Spezia. Disfruta de la playa de arena de Monterosso, de las preciosas casas coloreadas de Vernazza, de la espectacular Corniglia, de la encantadora Manarola y de la pintoresca Riomaggiore.
En el sur, encontrarás otro recorrido costero espectacular y Patrimonio de la Humanidad: la Costa Amalfitana. La carretera entre Sorrento y Salerno está salpicada de torres vigía, calas, pequeñas bahías, valles llenos de cultivos y árboles y pueblos encantadores que parecen suspendidos en el aire frente al mar.
En el interior de Italia, abundan los pueblos con encanto. Posiblemente la región más famosa para hacer una ruta de localidades pintorescas sea la Toscana. Además de las ciudades megafamosas como Florencia, Pisa o Siena, en tu recorrido toscano disfrutarás de las amuralladas y medievales Monteriggioni, San Gimignano, Cortona o Certaldo. ¡Todas de postal! También en el interior, los amantes de las panorámicas podrán hacer un completo recorrido por el gran número de lagos que hay en Italia. Hay lagos alpinos como el Lago Verde o el Lago Rosa; volcánicos como Bolsena o Averno, o litorales como Orbetello o Verano. Ahora bien, los más famosos por su belleza son los lagos prealpinos, como Orta, Mayor, Lugano, Como o Garda.