Perth fue capital de la Escocia medieval durante cinco siglos y por eso conserva un rico legado reflejado en varios de sus edificios. Sin embargo, esta localidad a orillas del río Tay es capaz de conjugar su historia con aires modernos que la convierten en una ciudad fresca y dinámica. Además de la iglesia de Saint John, no debes perderte la Fair Maid’s House, una de las casas más antiguas de la ciudad, ni el Balhousie Castle, que ahora alberga un interesante museo sobre el Black Watch, ese regimiento de soldados con uniforme rojo y gorra de pelo. También hay otros museos que merecen una visita, como The Ferguson Gallery o el Perth Museum and Art Gallery.
En tu ruta por la zona centro, es probable que Stirling no te venga de paso, pero no estaría de más que dieses un pequeño rodeo para visitarla. Encontrarás un castillo precioso, disfrutarás de una ciudad con una de las historias más interesantes de Escocia y podrás darte un paseo por el pintoresco barrio antiguo que brota alrededor de la fortaleza. No te quitará demasiado tiempo y seguro que te deja un agradable sabor de boca. Además del interior del castillo, no puedes perderte la preciosa fachada de Mar’s Wark, la cárcel vieja –Stirling Old Town Jail- o el añejo Old Bridge. ¿Quién no querría visitar uno de los lugares de veraneo más hermosos de Europa? Así definió a Pitlochry la reina Victoria, que quedó prendada de esta pequeña localidad rodeada de pinares y con muchos lugares de interés en los alrededores. Uno de los más curiosos es la ‘presa’ y su escalera del salmón, donde se puede ver a través de una cristalera cómo los salmones suben por la escalera para desovar río arriba. Además del famoso Blair Castle, en la zona también debe visitarse la Edradour Distillery, la fábrica Heathergems especializada en joyas o el precioso desfiladero de Killencrankie. Saint Andrews tiene tanta edad como Edimburgo y, durante años, ha presumido de ser la capital religiosa de Escocia. Allí se levantó la primera universidad del país y se desarrolló un deporte que sigue dando prestigio a la ciudad, el golf. Tu recorrido por la localidad debe comenzar en las impresionantes ruinas de la catedral, del siglo XII, donde convergen tres calles principales alrededor de las cuales encontrarás callejuelas empedradas con edificios vetustos y llenos de encanto. No te pierdas el castillo, el College Saint Salvador, el Museo universitario y el British Golf Museum. Y para rematar, sube a lo alto de la torre de la catedral y disfruta de las vistas.