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Sucre

La ciudad blanca de Bolivia

Esta hermosa urbe, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1991, es la sede de la Corte Suprema de Justicia y otros organismos públicos. Su pasado colonial se refleja en los edificios que componen la ciudad, compuestos de una hermosa arquitectura, con fachadas de color blanco y tejados rojizos. Una característica que la ha bautizado con el nombre: la ciudad blanca de Bolivia.

A esta fascinante metrópoli también se la conoce como la urbe de los cuatro nombres. Y es que en sus orígenes se llamaba Charca; durante el periodo Virreinal, La Plata; en la época republicana se la bautizó como Chuquisaca y tras la independencia, alcanzada el mes de agosto del 1825, adoptó el nombre de Sucre. Es en esta metrópoli donde podremos ver la Casa de la Libertad, lugar en el que se firmó la Declaración de Independencia del país. Con aproximadamente unos 300.000 habitantes, Sucre combina sus construcciones coloniales con otras de arquitectura republicana, una bella estampa que se fusiona con majestuosas plazas y el color verde de los parques, jardines y las colinas. Una imagen que transmite una armonía singular. Sus callejuelas empedradas están repletas de coquetos cafés, restaurantes y bares de lo más variados, con ambientes para todos los gustos. La religión se siente nada más pasear por sus vías, ya que abundan los edificios cargados de misticismo como por ejemplo la Iglesia de San Lázaro, del año 1544 y la más antigua de la ciudad. También podremos ver la bella capilla de la Iglesia de la Merced o La basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, de fachada barroca y que data de 1671. Una de las curiosidades de Sucre es que en las afueras se encuentra el Parque Cretácico, el mayor yacimiento de huellas fosilizadas del mundo. En este lugar se pueden ver, en vivo y en directo, las huellas de los dinosaurios que habitaron este territorio hace millones de años.