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Unos palacios de ensueño

Contempla la magnífica herencia de los Habsburgo

¿Y por dónde empezar en una capital llena de palacios? Una excelente opción es el de Schönbrunn, situado a las afueras de Viena. A finales del siglo XVI, el emperador Leopoldo I mandó reconstruir la antigua residencia de verano de los Habsburgo, aunque la magna obra que hoy podrás contemplar data de mediados del XVIII, bajo el reinado de María Teresa. Seguro que la decoración rococó de las habitaciones te deja con la boca abierta, pero hay mucho más que ver, como los frescos de la Gran Galería, los paneles orientales de la Sala Vieux-Laque o las pinturas del Gabinete de las Miniaturas.

En la parte sur de la ciudad, encontrarás otra de las visitas fundamentales en tu recorrido por Viena: el Museo Palacio Belvedere. Fue construido como residencia de verano del príncipe Eugenio de Saboya y actualmente acoge una enorme colección de arte, donde no puedes perderte las obras de Klimt, las estatuas y estucos de la Sala Terrena o las obras que adornan las preciosa capilla. En realidad, si te fijas, son dos palacios, el superior y el inferior, unidos por un jardín frontal de estilo francés. Pero no sólo en Viena vas a encontrar vida palaciega. Toda Austria está llena de edificios señoriales y para muestra, Salzburgo. En la preciosa ciudad fundada por el obispo Ruperto podrás visitar, entre muchos otros monumentos, el Palacio Mirabell, un excelente ejemplo del barroco que, además, cuenta con unos espléndidos jardines diseñados por Johann Bernhard Fischer von Erlach. Date un agradable paseo entre esculturas, fuentes, arbustos, árboles y flores y disfruta de las excelentes vistas. Muy cerca de Salzburgo, a unos cuatro kilómetros, se levanta otro de los edificios fundamentales en tu ruta por los palacios austriacos, el Schloss Hellbrunn. No te pierdas el salón de gala adornado con bellas pinturas, la sala de música octogonal de techos elevados y el impresionante jardín, con magníficas fuentes ornamentales y curiosas grutas. Seguro que disfrutas como un niño en el teatro mecánico que mueve más de un centenar de figuras gracias al agua. ¡Incluso tienes un zoológico en sus instalaciones!

No puedes perderte

Aires venecianos

Seguro que cuando llegues el Palacio de Hellbrunn te llama la atención el aire veneciano del castillo. Esto se debe a que su promotor, el arzobispo de Salzburgo Marcos Sitticus pasó la mayor parte de su vida en Italia –su madre era de allí- y cuando mandó construir su residencia de verano en Austria quiso recordar su país de origen.

Una historia de amor muy llamativa

En el mismo sitio donde ahora encontrarás el palacio de Mirabell, el arzobispo Wolf Dietrich construyó una mansión –más modesta que el actual edificio- para su amante, Salomé Alt. Dicen las malas lenguas que tuvo 15 hijos con ella, que la quería con locura y que estuvieron juntos hasta su fallecimiento.

El paseo más elegante de Viena

Los espléndidos jardines del Belvedere te permitirán darte uno de los paseos más elegantes en tu recorrido por Viena. Fueron diseñados por Dominique Girard y albergar esculturas y estatuas de gran belleza. Eso sí, lo mejor son las vistas de la capital que podréis obtener desde allí. No en vano, ¿sabías que el nombre de Belvedere significa ‘bellas vistas’?

Sobre ruedas

Durante tu visita, no te pierdas el ala del palacio Schonbrunn donde antiguamente estaba la Escuela de Equitación. Ahora acoge una sensacional exposición de carruajes con 60 coches anteriores al siglo XVII, uniformes, sillas de montar y otros aparejos. La ‘joya de la corona’ es el coche de la coronación de Carlos VI.