Parecía obvio que había que construir un puente que conectase la escasa distancia de mar que hay entre Dinamarca y Suecia. Todo el mundo lo veía bien, pero nadie se entendió durante 100 años hasta que en 1991 ambos países se pusieron de acuerdo en el dónde y el cómo. Por fin, en el año 2000, se construyó el fantástico puente de Öresund, una de las construcciones que no te puedes perder en tu visita a Suecia. Este puente tiene ocho kilómetros de largo y conecta Lernacken, al sur de Malmö, y la isla artificial danesa de Peberholm. Por la parte de arriba discurre una autopista y por abajo, el tren. Cruzarlo es toda una experiencia y verlo desde lejos será una de las panorámicas inolvidables de tu viaje.
Entre las variadas catedrales que te encontrarás durante tu recorrido por Suecia, hay dos que no puedes perderte por nada del mundo. La primera de ellas está en Uppsala y la reconocerás nada más acercarte a la bella ciudad que se asienta a orillas del río Fyrisán. Tiene dos altísimas torres con forma de aguja que llaman la atención nada más verlas gracias a sus 119 metros de altura. Pero no te quedes sólo con ellas: disfruta de su impresionante nave gótica columnada, que tras ser consagrada en 1435 sirvió como escenario de varias coronaciones. De hecho, el templo alberga los restos mortales de dos reyes, Gustavo Vasa y Juan III, además de las de otros insignes suecos, como el botánico Carl von Linné o el teósofo Emanuel Swedenborg. La otra catedral que debes incluir sí o sí en tu recorrido por Suecia está al sur del país, muy cerca de Malmö. Se consagró en 1145 en la localidad de Lund, que tras ser capital de Dinamarca vivió una etapa de plenitud durante la Edad Media como centro religioso, político y cultural. La Lund Domkyrka ha vivido varias restauraciones desde que se construyó, pero sigue siendo una obra fabulosa. La última de ellas tuvo lugar entre 1860 y 1880 y la dejó con su espectacular aspecto actual. En su interior, llama la atención el reloj astronómico del siglo XIX. Además, no te pierdas dentro de la cripta la escultura del gigante Finn, un personaje clave de la mitología celta, sobre la que descansa la bóveda. Por último, pero no menos importante, no te olvides de incluir en tu ruta la plaza pequeña de Malmö, una de las joyas de la vibrante ciudad del sur del país. ¿Quieres saber cómo surgió la Lilla Torg? Pues fue una cuestión de espacio. La enorme Stortorget se había quedado pequeña para la enorme cantidad de mercaderes y artesanos que se agrupaban en la próspera Malmö, así que hubo que añadirle una extensión. Y curiosamente, ese anexo es ahora uno de los lugares más concurridos y animados de la ciudad, con bellos edificios antiguos y bares y restaurantes. De hecho, es uno de los habituales puntos de encuentro, especialmente cuando cae la tarde.