Cualquiera que visite Canadá no puede perderse el auténtico espectáculo que supone su entorno natural. Encontrar y conocer la flora y fauna salvaje en un escenario bucólico como el que ofrece este país, es todo un regalo para los sentidos.

De costa a costa y de norte a sur, el país de Canadá está repleto de imágenes de ensueño. Su entorno natural inigualable se caracteriza por la abundante vegetación, por una dramática geología junto con una fauna salvaje de lo más interesante. Desde avistar osos grizzli en los parques nacionales a contemplar la migración de las aves en la bahía de Fundy. Son muchos los rincones que el visitante tendrá inmortalizados en su imaginario relativo a Canadá, como pueden ser la archiconocidas cataratas del Niágara, un conjunto de cascadas en el río que lleva el mismo nombre y que funciona como frontera natural entre Estados Unidos y Canadá. Es por esto que las cataratas tienen una parte estadounidense y otra canadiense, siendo la segunda, la más vistosa por su espectacular cascada en forma de herradura. La llamada Horseshoe tiene 670 metros de anchura y una caída desde una altura de 53 metros. Estos saltos de agua se encuentran a unos 130 kilómetros de la ciudad de Ontario y además de su extraordinaria belleza son una importante fuente de energía.En la parte canadiense, se encuentra la torre Skylon, un punto de observación inaugurado en 1965 y que ofrece una panorámica del paisaje espectacular. Además, para conocer mejor esta maravilla natural se encuentra el famoso crucero “Maid of the Mist”, que navega cerca de la gran caída de agua, o bajar en ascensor a uno de los puntos de observación por debajo de la catarata. Desde Canadá, se puede disfrutar de un sorprendente crucero nocturno ya que las cascadas cuentan con un colorido sistema de iluminación que convierte el espectáculo natural en una experiencia de otro planeta. Sin embargo, son también numerosas las propuestas que sorprenderán al visitante por su grandiosidad y por sentir el contacto directo con la naturaleza más salvaje