Mira hacia el interior para encontrar las más espectaculares reservas naturales, donde podrás fotografiar de cerca a los animales salvajes que hasta ahora habías visto en los libros o en las películas. Mira hacia el exterior para disfrutar de las costas más bellas, las playas más deliciosas y los paisajes más excelsos. Y mira hacia arriba para subir a montes que te acerquen al cielo. ¡Estás en Sudáfrica!
Seguramente uno de los principales motivos que te llevan a viajar a Sudáfrica es su enorme riqueza natural, que te va a permitir cumplir con el sueño de contemplar de cerca a los grandes y variados animales que pueblan el continente africano. Sudáfrica tiene un total de 22 áreas protegidas en forma de Parques Nacionales, a las que hay añadir un alto número de reservas naturales o de caza que, en muchos casos, son de titularidad privada.
Pero no sólo de safaris vivirá tu cámara de fotos en Sudáfrica. Además de contemplar animales, tu visita te permitirá disfrutar de algunos de los paisajes de costa más bellos y famosos del mundo. No te puedes perder el archiconocido Cabo de Buena Esperanza, que actúa como frontera en el sur de África, o la reserva natural de Walker Bay que, entre otras cosas, te dejará avistar ballenas con extrema comodidad.
Si no te conformas con ver el mar y disfrutar del paisaje, sino que prefieres darte incluso un chapuzón, Sudáfrica también te ofrece playas para pasar un buen rato. Las hay para todos los gustos: de esas que te permiten pasar una jornada paradisiaca de sol y arena; de las que son ideales para los deportes acuáticos que requieren viento; de aquellas con aguas perfectas para bucear o navegar… Y no abandones el país sin mirar hacia arriba. Sudáfrica también tiene zonas montañosas que te permitirán completar tu catálogo de paisajes. Fotografía los variados colores y disfruta de las vistas que encontrarás en los Montes Drakensberg, una sucesión de altas montañas –hay decenas de ellas por encima de los 3.000 metros- que hace frontera con el pequeño reino de Lesoto.