Estocolmo es una ciudad de islas y sus habitantes presumen de ellas porque, además de proteger la capital del mar abierto, también le dan aire bucólico a tiro de piedra del centro, con casitas rojas, densos bosques y ambiente tranquilo. Eso sí, nadie está seguro de cuántas islas forman este archipiélago: normalmente se cifra en 24.000 aunque algunos hablan de muchas más... Una de la que no te puedes perder es Vaxholm, considerada como la puerta de entrada al archipiélago de Estocolmo. Es un pueblo lleno de encanto y que está a tiro de piedra de la capital –de hecho, puedes llegar en un abrir y cerrar de ojos en autobús-. Una fortaleza domina el puerto de la localidad, desde donde puedes iniciar un agradable paseo por callejuelas llenas de encanto gracias a las pintorescas casas que encontrarás a tu paso.
Cualquier época es buena para disfrutar del encanto de Sandhamn. Dicen que el otoño es la época perfecta para ponerte un calzado cómodo y perderte caminando por sus senderos, disfrutando de la naturaleza virgen de la zona. Pero en invierno la nieve y el frío le dan un aire mágico, en primavera florece en todo su esplendor y se tiñe de verde; y en verano, ¿quién se resiste a unas playas de arena blanca? Date un chapuzón o prueba a remar en un kayak y disfruta de una villa marinera con mucho que disfrutar. Y es que, además, sus calles están llenas de encanto, muchas casas están adornadas con tallas decorativas y tiene varios edificios de interés, como La Aduana. Por si fuera poco, la oferta de bares y restaurantes es excelente. ¿A qué esperas para ir? Otra de las visitas imprescindibles es Sigtuna, cuya fundación en 980 la convierte en la segunda ciudad más antigua de Suecia, después de Birka. Tiene mucho que ver y está sólo a 40 kilómetros de la capital, ¡así que no tienes excusa! Quedan en pie tres de las siete iglesias de la ciudad original y la calle principal, la Stora Gatan, es una preciosidad, perfecta para dar un agradable paseo y hacerte mil fotos con los edificios de madera como telón de fondo. Hay varios edificios y restos medievales muy interesantes, como las pinturas del interior de la iglesia de Santa María, además de restos vikingos y un museo lleno de historia. Además, en la región se conservan unas 150 runas del siglo XI y sitios dignos de una visita, como el Skokloster –uno de los castillos barrocos mejor conservados de Europa- o el Palacio Real de Rosersberg. Una de las excursiones más cómodas desde Estocolmo es la pequeña y deliciosa localidad de Östhammar. Allí encontrarás todo lo que buscas en un idílico y pintoresco pueblo sueco: casas de madera pintadas con variados colores, atractivos jardines frondosos, tiendas para comprar recuerdos artesanos, cafeterías y restaurantes donde beber y comer algo... Östhammar ya era en el siglo XIX un balneario y centro turístico perfecto para una escapada desde Estocolmo. Y ahora mantiene todo su encanto. Compruébalo dando un paseo por sus calles, fotografiando el ayuntamiento o la idílica y pequeña plaza Radhustorget, comprando algo en los puestos del puerto o dando una vuelta por los jardines. Puedes hacer un picnic en la plaza Sjötorget o probar la temperatura del agua en la playa de Krutudden. Y recuerda que la isla acoge dos famosos festivales, el Ordfestival Östhammars (Festival de las Palabras) y el festival Lars Mohlin.