Para parejas, para solteros, para espíritus libres, para aventureros, para fiesteros, para amantes de la cultura, para ricos y para menos ricos, para jóvenes de edad y jóvenes de espíritu, para familias, para grandes y pequeños, para grupos de amigos, para los que tienen mucho tiempo y para los que exprimen cada jornada… Alemania, para todos.
Pasear de la mano por un pueblo romántico y medieval como Rothenburg ob der Tauber, bordear los restos del Muro de Berlín cuando atardece, contemplar el espléndido castillo de Neuschwanstein que inspiró a Walt Disney para la Bella Durmiente, aprender historia juntos en Nuremberg, admirar la belleza de Dresde, la Florencia del Elba; saborear una cerveza a medias en Múnich, surcar las aguas del Rin… Queridos románticos, bienvenidos a Alemania.
Alemania es un país que adora a los niños y siempre está muy pendiente de ponérselo fácil a quienes viajen con ‘esos locos bajitos’. Todos los hoteles y restaurantes están plenamente adaptados a la presencia de niños y los museos suelen tener zonas para ellos. No puedes perderte, por ejemplo, el País de los Niños del Deutsches Museum de Múnich, donde la muchachada va a pasárselo de lo lindo mientras aprende las bondades de la tecnología.
Si eres de los viajes en grupo, te será fácil ponerte de acuerdo con tus amigos porque hay mucho donde elegir. Y si no lo conseguís, nada mejor que sentaros en una cervecería para planificar el viaje con una jarra en la mano. Actividades al aire libre en la Selva Negra, el Lago Constanza o las costas del norte, museos fabulosos como el de Pérgamo o el Deutsches Museum, ciudades llenas de historia como Berlín, Nuremberg, Colonia o Dresde, pueblos con encanto, etc. ¡Vosotros decidís!
Además, poco importa vuestro presupuesto, porque Alemania es un destino adaptado a todos los bolsillos. Puede comerse mucho y bien, y además probando comida típica; las entradas para las competiciones deportivas son bastante más económicas que en España y muchas ciudades tienen zonas muy adaptadas a la economía estudiantil para salir por las noches y no dejar la cartera vacía en el intento.