Uno de los hechos que más caracteriza a los japoneses son sus curiosas costumbres y la fuerte conciencia que tienen con el pasado. Y es que la historia de este territorio da mucho que hablar.
Los primeros datos que se tienen de este enclave aparecen en el libro Kojiki, el cual recoge que Japón fue fundado en el siglo VIII a.C por el emperador Jinmu. Fue a partir del siglo V y VI cuando el budismo se introdujo en este territorio y los encargados de dirigir el país eran las Cortes, los nobles y los gobernadores militares.
Alrededor del siglo XVI naciones como Portugal, Inglaterra o Países Bajos se desplazaban a este enclave para fines comerciales, hasta que en el siglo XVII se implantó el Sakoku, una etapa de aislamiento promovida por el gobierno feudal del periodo Edo, que provocó que Japón estuviera cerrada al exterior durante prácticamente 250 años, hasta que llegó la Restauración Meiji, quien abolió el sistema feudal. Los años posteriores a la Primera Guerra Mundial fueron buenos para Japón, nación que contaba con una de las armadas más poderosas de Oriente. No obstante, este auge empezó a decaer, trayendo consigo una serie de hechos que desencadenaron otro conflicto histórico: la Segunda Guerra Mundial. Sin duda alguna, la historia de este país es fascinante y se puede conocer más sobre ella en los numerosos museos que se encuentran salpicados por las ciudades de este territorio.