Ayuda Ayuda
Menú Menú

Naturaleza

Lugares recónditos dignos de postal

Se dice que este enclave es tierra de contrastes, una variedad que se aprecia en sus paisajes. Bolivia está dividida en tres regiones: la zona andina o altiplano, la sub andina y la de los llanos orientales.

Cada uno de estos lugares presenta una naturaleza diferente que abarca desde extensas selvas ricas en flora y fauna, hasta desiertos y picos nevados. Esto se debe a la altitud en la que se sitúan estas tres áreas: la andina a una altitud media de 3.000 metros sobre el nivel del mar, la sub andina a 2.500 metros y la de los llanos orientales a unos 400 metros. En esta última región es donde también se encuentra parte de la selva amazónica. Un rincón de parada obligatoria en el país y que comprende el cuarenta por ciento de su territorio natural. Su interior cuenta con una tupida vegetación y con una gran cantidad de ecosistemas, pero también alberga algunas culturas nativas. Y es que la mayoría de los paisajes bolivianos parecen desafiar los aspectos más comunes de la naturaleza. Ejemplo de ello son los extensos y fascinantes salares, las rocas modeladas con asombrosas formas o las lagunas con aguas cargadas de misticismo. Cada uno de ellos es único en sí mismo. ¿Quién quiere conocerlos?

No puedes perderte

El curioso árbol de la piedra

El departamento de Potosí esconde una joya de lo más curiosa. Recibe el nombre del árbol de la piedra y es una roca de 5 metros de alto. Los miles de años de erosión le han dado esta forma de árbol y se ha convertido en una de las mayores atracciones turísticas del país. Esta escultura natural se levanta solitaria en medio del desierto, y parece sobresalir de la tierra. Se encuentra en la Reserva Natural de Fauna Andina Eduardo Abaroa, un área protegida en la que los viajeros sólo podrán estar 30 minutos. El tiempo necesario para tomar una fotografía de este espectacular monumento.

Tocar el cielo en el salar Uyuni

En Bolivia tendremos la oportunidad de descubrir el mayor desierto de sal continuo y más alto del mundo: el salar Uyuni. Su superficie abarca los 10.583 kilómetros cuadrados y está formado por unas once capas de sal que juntas alcanzan los diez metros de profundidad. Este lugar parece mágico. Una fina capa de agua dispuesta sobre la sal actúa como espejo. El efecto óptico es tal que uno tiene la sensación de estar pisando el cielo. Se dice que las aguas retenidas en el salar Uyuni tienen propiedades medicinales y la gente suele utilizarlas para curarse de artritis y reuma.

El lago navegable más alto del mundo

El lago Titicaca es el lago navegable más alto del planeta. Su altitud media es de 3.821 metros y su área de 8.562 kilómetros cuadrados. Una de las curiosidades de este encantador lugar es que solo un 44 por ciento de su superficie forma parte de Bolivia, mientras que el 56 por ciento restante pertenece al país vecino: Perú. Curioso, ¿no creéis? Además, este lago es la laguna de agua dulce más grande de Sudamérica y sus aguas parecen estar cargadas de misticismo. En ellas sobresalen algunas islas, siendo la más grande la isla del Sol.

El espectáculo visual de la Laguna Colorada

En la misma Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Abaroa, muy cerca de la frontera con Chile, se encuentra la idílica Laguna Colorada. Con una extensión de 54 kilómetros cuadrados y una profundidad media de 35 centímetros, este enclave ofrece un espectáculo visual de lo más impactante. Eso se debe a la paleta de marrones y rojos que se contemplan en sus aguas. Un efecto que se produce con los pigmentos de algunos tipos de alga. Cabe añadir que este asombroso rincón de Bolivia también es lugar de cría para flamencos, un hecho que le proporciona un gran valor añadido. Un atardecer en este punto del país es la mejor estampa para despedir el día.