La herencia musulmana marca muchos de los rincones de esta ciudad europea en la que destaca el conmovedor recuerdo de los desastres de la guerra. En todo caso, Sarajevo es una ciudad idónea para pasear, rodeada de naturaleza, con todo tipo de enclaves para disfrutar de una gratificante jornada de visita.
La estancia en Sarajevo siempre resulta interesante, con una acogedora población acostumbrada a la llegada de viajeros de todo el mundo, atraídos por el legado de siglos de historia con especial huella musulmana. Con la zona de Bascarsija como núcleo histórico y cultural, la ciudad ofrece un despliegue de mezquitas, iglesias, museos y fortificaciones que salen al encuentro del paseante, en un cruce de culturas y religiones que han hecho que sea conocida como “La Jerusalén de Europa” por albergar mezquitas, sinagoga e iglesias católica y ortodoxa en un mismo barrio.
La zona histórica de Stari Grad (casco antiguo), con su bullicioso bazar como uno de los principales reclamos, supone un excelente comienzo de ruta por una ciudad que se ha convertido en un excelente destino de viaje, repleto de restaurantes y bares en los que tomar un refrigerio entre visita y visita, experiencia y experiencia.