En el siglo XIV los castillos ya combinaban la defensa con el lujo, y fueron residencias reales o que denotaban importancia. Muchos de ellos se abandonaron con la llegada del siglo XV, mientras que sólo se mantenían los que estratégicamente eran defensivos
En Inglaterra y Escocia empezaron a construirse palacios del renacimiento con una arquitectura menos tosca y más elaborada. Los castillos quedaron para el uso militar y allí se trasladaba la artillería, pero fue cuestión de tiempo. Durante la Segunda Guerra Mundial muchos de los que hay en Escocia o en fronteras fueron adaptados para uso de guarniciones. Otros se utilizaron como cárceles hasta que una ley parlamentaria del siglo XIX ordenó cerrar la mayoría de ellos. Actualmente son una de las principales atracciones turísticas del país por su valor patrimonial e histórico.