En el centro de la ciudad todavía hay construcciones de la época colonial que parecen contar historias y leyendas sobre su pasado, aunque, desafortunadamente, gran parte de ellas se encuentra en estado decadente.
A pesar de que Kratie no es una localidad muy turística, sí que tiene un gran atractivo para los viajeros: los delfines Irrawaddy. Este mamífero, de cabeza redondeada, vive en las aguas del río Mekong y, a veces, sale de ellas para regalar una experiencia única a todo aquél curioso que se desplaza hasta este punto para avistar a este animal en peligro de extinción. Además de los delfines, una buena actividad es ir hasta la isla de Koh Trong, ubicada en medio del río, y pasear por las terrazas de arrozales que la componen, así como contemplar las aldeas que descansan en el lugar y charlar con los lugareños de la zona. La espiritualidad está muy presente en todo el sudeste asiático, y en este aspecto Kratie no se queda atrás. Los viajeros que quieran conocer esta parte tan característica del país pueden visitar Phnom Sambok, el santuario más importante de la ciudad.
