Uno de los más icónicos es la Torre de Londres del 1066 por donde han pasado desde la realeza hasta políticos. Justo delante está el Puente de Londres, construido en el año 1894. Pero para verlo todo con el ojo del halcón también se puede subir al London Eye, una noria mirador que presume de estar entre las más grandes del mundo.
En la capital británica se multiplican las visitas. Más allá de museos hay que cruzar el famoso Puente de Westminster, y fotografiar la imagen más repetida de Londres, el Big Ben, una torre con el reloj añadida al Palacio que actualmente acoge el Parlamento. Muy cerca se sitúa Downing Street, famosa porque en el número diez reside el Primer Ministro, y vía imprescindible para llegar a Trafalgar Square en recuerdo a la famosa batalla en la que la armada británica derrotó a la francesa y española. La coronan sus famosos leones, la Columna de Nelson y el kilómetro cero de la ciudad: Charing Cross. Piccadilly Circus es una plaza que debe estar en la ruta pues es el centro nocturno más popular de la ciudad por sus pantallas publicitarias y gran número de teatros. El Palacio de Kensington, la que fuera la residencia oficial de Diana de Gales, Buckingham Palace y su cambio de guardia, la Catedral de San Pablo o parques como el conocido Hyde Park, hay que señalarlos en rojo en el mapa.