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El último rincón virgen de Europa

Una encrucijada entre el hielo y fuego

Acceder a este oasis de montañas de colores, volcanes y aguas termales, requiere un de equipamiento adecuado. Para circular por sus carreteras de gravilla es recomendable conducir un jeep 4x4. También existe la posibilidad de ir en un autobús preparado para este inhóspito terreno que, pese a la dificultad, merece con creces ser visitado. Landmannalaugar está en el interior de la Reserva Natural de Fjallabak (La espalda de la montaña) que abarca cerca de 47.000 hectáreas de las tierras altas del interior de Islandia. Un área esculpida por la intensa actividad volcánica de la zona, repleta de campos de lava y montañas de muy diversos colores y tonalidades, cumplimentada con valles, ríos y lagos.

A tres horas de Reikiavik, este paraje es sin duda el favorito de los locales para desconectar, huir del bullicio y las aglomeraciones o practicar senderismo. Si no eres un gran aficionado a este deporte no te preocupes porque este paraíso es apto para todos los públicos. El único alojamiento disponible es un cámping y algunas cabañas. No hay hoteles. Tampoco supermercados, estaciones de servicio o ni ningún otro signo importante de civilización. En plena naturaleza podrás disfrutar de un baño en su lago de aguas termales donde se mezclan aguas glaciares y volcánicas. Para comenzar, una buena opción es una ruta a pie, bastante fácil, con una duración de dos horas y media a través de un campo de lava formado en 1477. El espectáculo de vapores emergiendo de Brennisteinsalda es inigualable. Eso sí, el olor a azufre puede ser algo difícil a lo que acostumbrarse. La joya más valorada de Landmannalaugar es la montaña Bláhnjúkur. Se traduce como el Pico Azul por el brillante color azul-negro de sus laderas. No hay palabras para describirlo. y las vistas desde la cima son asombrosas. Este terreno accidentado se elevó literalmente de la lava y de las cenizas de los volcanes circundantes. Desde su cima puedes obtener una panorámica de 360 grados. Si tienes suerte quizás puedas disfrutar de los caballos salvajes que pastan y recorren Landmannalaugar. Otro espectáculo de una naturaleza que jamás habrías imaginado. Las palabras, a veces, no hacen justicia a la hora de describir un lugar. Este es uno de esos casos donde, probablemente, no dejarás de repetir: “Esto es espectacular”.