Es casi imposible viajar a Italia y no disfrutar con su gastronomía. Italia ha sentado las bases de buena parte de la cocina occidental gracias a platos como la pasta, la pizza o los risottos, que prácticamente gustan a todo el mundo.
La gastronomía italiana ha regalado a la cocina mundial algunas delicias que se comen a diario en todo el planeta. En cualquier rincón se hornean pizzas, se disfruta la pasta o se hacen risottos. Pero todas estas especialidades nacieron en esta península donde el buen comer es una seña de identidad que los italianos llevan muy a gala. Por eso hay mucho más por descubrir: centenares de quesos, carnes deliciosas, pescados al punto, verduras al dente, embutidos de mil clases… ¿Ya estás salivando?
Pues espera a probar algunos de los mejores vinos del mundo. El panorama vinícola italiano es de una riqueza y complejidad sólo comparable a su vecino francés. Italia tiene más de 500 vinos con las etiquetas Denominación de Origen Controlada y Garantizada (DOCG), Denominación de Origen Controlada (DOC) e Indicación Geográfica Típica (IGT). Y para antes y después de comer, también hay mucho donde elegir: vermú, campari, limoncello, grappa, vino santo, fernet, amaretto… A cada cual más delicioso.
Tu visita a Italia puede servir para comprobar la verdadera esencia de platos que has comido decenas de veces en tu propia ciudad o en otros viajes. Descubrirás que hay mil tipos de pasta y mil tipos de salsa, que siempre se come antes de los platos principales y que, nadie en Italia lo duda, debe cocinarse al dente. Saborea las mejores pizzas que habrás probado en tu vida y déjate sorprender por platos conocidos hechos con maestría y novedades que confirmarán tu idilio con la cocina italiana.
Para rubricar la experiencia gastronómica por Italia, nada mejor que viajar a pueblos y ciudades cuyo nombre están vinculados a un plato o un producto. Descubre el origen de la pizza en Nápoles, saborea el queso de Parma, disfruta con el vinagre de Módena, prueba la auténtica boloñesa en Bolonia o el pesto de Génova… ¡A comer y viajar se ha dicho!