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Vancouver

Multiculturalidad y bellos paisajes

La ciudad de Vancouver ofrece la mezcla perfecta entre naturaleza y entretenimiento. Propone, por una parte, los bellísimos paisajes canadienses dominados por imponentes montañas, frondosos bosques y costas soberbias y, por otra, una diversa y rica oferta cultural, una variada gastronomía así como esa sensación de estar paseando por una ciudad moderna y cosmopolita.

Vancouver es la ciudad más grande de la costa oeste canadiense y la tercera del país siguiendo a Toronto y Montreal. Pertenece a la provincia de Columbia Británica ubicada en su extremo sur. Es, también, una de las ciudades con mayor diversidad étnica del país lo que se refleja en sus barrios, opciones culturales y, sobre todo, en su multitud de alternativas gastronómicas. Puede presumir de ser una de las cinco ciudades con mayor calidad de vida del mundo y es, también, una de las más seguras. El icono por excelencia de la ciudad es Stanley Park, uno de los parques urbanos más grandes de toda Norteamérica. Situado al norte de la ciudad, este pulmón verde de casi 400 hectáreas hará las delicias de los visitantes que quieran empaparse de naturaleza durante su estancia en Vancouver. Debido a su inmensidad, puede recorrerse en bicicleta o en patines que se pueden alquilar en varias de sus entradas. O, simplemente, pasear por algunos de sus caminos y jardines, sentarse en alguna de sus cafeterías, practicar piragüismo en sus dos lagos, el Beaver Lake y el Lost Lagoon, visitar los tótems o estatuas, todas ellas opciones perfectas para disfrutar de un día al aire libre en la ciudad. Los amantes de la vida marina, encontrarán en Stanley Park el Acuario de Vancouver, el más grande del país, en el que observar un sinfín de especies de peces, aves, mamíferos o anfibios entre los que se encuentran delfines, leones marinos o focas.

Otro de los símbolos de esta ciudad es su malecón, un popular y concurrido paseo de 28 kilómetros, una parte de ellos bordeando el parque Stanley, en el que lugareños y visitantes se encuentran para caminar o montar en bicicleta disfrutando de unas extraordinarias vistas de Vancouver. Se trata de uno de los mejores rincones para contemplar el skyline de la ciudad en el que se encuentran los imponentes rascacielos de cristal junto con las montañas en el horizonte. Siguiendo con los parajes naturales, al norte de Vancouver se sitúa el concurrido puente colgante de Capilano, cruzando el río que le da nombre. Se trata de una estructura suspendida a 70 metros de altura y con un recorrido de 140 metros. Esta cinematográfica construcción, que incluso ha sido de escenario para series de televisión como MacGyver, data de 1889 y ha sufrido varias reconstrucciones. Los viajeros más urbanitas encontrarán en Vancouver una ciudad a su medida. Callejear por sus diferentes barrios es toda una experiencia para los sentidos. En la zona norte, el distrito de Gastown seducirá a los visitantes por su encanto histórico. Es el barrio más antiguo de la ciudad, edificado a finales del siglo XIX y en el que se han llevado a cabo varias rehabilitaciones y reformas que lo han convertido en el conjunto moderno que es ahora. Sus edificios de ladrillo de pocas plantas y construcciones de arquitectura victoriana conviven con tiendas de diseño, pequeñas boutiques, galerías de arte y un gran número de propuestas gastronómicas. Pasear por Gastown es adentrarse en el barrio en el que los protagonistas son la moda y el diseño. No podemos irnos de Vancouver sin visitar su Chinatown. Establecido en 1890, es el barrio chino más grande de Norteamérica, después de los de Nueva York y San Francisco. Como su propio nombre indica, en él encontraremos numerosas tiendas asiáticas y establecimientos de cocina oriental, y sabremos que hemos llegado a él por los vibrantes colores que inundan sus calles. Siguiendo hacia la parte sur de la metrópolis se encuentra Granville Island, otra de las paradas obligatorias que ofrece la ciudad. Se trata de una península que antaño fue base de numerosas fábricas y aserraderos. Hoy es un núcleo cultural en el que no hay que perderse su gran mercado público