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Los balnearios húngaros

Culto a las aguas termales

Además de resultar relajante y placentero, un baño en las aguas termales de un balneario puede llegar a sanar las dolencias del cuerpo y de la mente. En Hungría lo saben bien, y han desarrollado una industria en torno a los manantiales termales que no tiene comparación en Europa.

Los beneficios medicinales de las aguas termales de Hungría son conocidos desde la época romana y se dice que sus aguas ayudan a combatir la artritis, alivian los problemas de circulación sanguínea, benefician las articulaciones y ayudan a mejorar diversas condiciones físicas y mentales, tales como el estrés, el sueño y la fatiga, diversos dolores crónicos, problemas de la piel, reumatismo… Con más de 1.000 fuentes termales bajo la superficie de su territorio y más balnearios medicinales que cualquier otro país europeo, Hungría es una auténtica meca del turismo de salud. Budapest es conocida como la Ciudad de los Balnearios, y otras ciudades importantes del país tienen también gran número de manantiales medicinales. Budapest adquirió el título de Ciudad de los Balnearios en 1934, y es que la ciudad dispone de 118 manantiales, tanto naturales como artificiales, desde los que cada día brotan más de 70 millones de litros de agua termal a temperaturas de entre 20 y 80 grados. Antes de visitar un balneario es conveniente saber si las piscinas son mixtas, ya que muchos de ellos reservan unos días para el público masculino y otros para el femenino.

Los mejores lugares para disfrutar de las aguas termales en Hungría

Széchenyi Spa

El Balneario Széchenyi es, con 3 piscinas exteriores y 15 piscinas cubiertas, uno de los mayores complejos de Europa y fue construido en Pest, entre 1909 y 1913 en estilo renacentista moderno. El agua termal brota a la superficie desde una profundidad de 1246 metros, con 76°C de temperatura. Se pueden comprar tickets de fin de/entre semana y en el precio de la entrada se incluyen, además de los tradicionales servicios terapéuticos, numerosos servicios de bienestar, tales como el uso del gimnasio, de las saunas, aerobic, gimnasia acuática.

Balneario Gellért

El Balneario Gellért es uno de los baños termales más hermosos y conocidos de Budapest, y de él hay referencias que datan del siglo XII. El balneario fue construido en 1918 en estilo modernista y ampliado en 1927. Se encuentra dentro del Hotel Gellért. En el balneario existen numerosos servicios, incluyendo una sección de asistencia terapéutica global y un inhalador, pero se puede probar también el masaje con piedras de lava, la pedicura, el baño Cleopatra, el baño con hierbas y el tratamiento con chocolate. También se pueden usar las cámaras de vapor y la sauna finlandesa.

Lago de Héviz

El lago Héviz, el lago termal más grande de Europa y el segundo mayor del mundo, se alimenta de aguas provenientes de manantiales situados en una cueva a 40 metros de profundidad, que se mezclan con el agua fría del lago y mantienen una temperatura constante. Sus aguas son ricas en ácido carbónico, azufre, calcio, magnesio, carbonato de hidrógeno e, incluso, de sustancias ligeramente radiactivas. En el centro del lago, salpicado de lirios de agua, hay una casa de baño de madera del siglo XVIII.

Baños Termales de Árpád

Este balneario de estilo modernista se inauguró en 1905. En muy poco tiempo llegó a ser muy popular y en los años veinte tuvo que ser ampliado. Hoy en día, después de varias reconstrucciones y ampliaciones, el balneario Árpád cuenta con varias piscinas interiores y exteriores, saunas, solárium, tepidarium, vestuarios restaurados en su aspecto original, salas de masajes, de minerales y de reuniones, peluquería, bar y aromaterapia. Todo ello en un ambiente moderno, elegante y acogedor.