Además de resultar relajante y placentero, un baño en las aguas termales de un balneario puede llegar a sanar las dolencias del cuerpo y de la mente. En Hungría lo saben bien, y han desarrollado una industria en torno a los manantiales termales que no tiene comparación en Europa.
Los beneficios medicinales de las aguas termales de Hungría son conocidos desde la época romana y se dice que sus aguas ayudan a combatir la artritis, alivian los problemas de circulación sanguínea, benefician las articulaciones y ayudan a mejorar diversas condiciones físicas y mentales, tales como el estrés, el sueño y la fatiga, diversos dolores crónicos, problemas de la piel, reumatismo… Con más de 1.000 fuentes termales bajo la superficie de su territorio y más balnearios medicinales que cualquier otro país europeo, Hungría es una auténtica meca del turismo de salud. Budapest es conocida como la Ciudad de los Balnearios, y otras ciudades importantes del país tienen también gran número de manantiales medicinales. Budapest adquirió el título de Ciudad de los Balnearios en 1934, y es que la ciudad dispone de 118 manantiales, tanto naturales como artificiales, desde los que cada día brotan más de 70 millones de litros de agua termal a temperaturas de entre 20 y 80 grados. Antes de visitar un balneario es conveniente saber si las piscinas son mixtas, ya que muchos de ellos reservan unos días para el público masculino y otros para el femenino.