Las fiestas navideñas en Austria comienzan en realidad bastante antes de la Navidad en sí. Puede decirse que todo arranca a principios de diciembre, concretamente el día 4, cuando se celebra Santa Bárbara. En este día, existe la tradición de cortar una rama de cerezo y colocarla dentro de un jarrón en casa. Si en el tiempo que resta hasta la Navidad florece, es un signo de buena suerte para el año siguiente.
Una de las fechas señaladas en rojo en el calendario navideño austriaco es el 6 de diciembre, fiesta de San Nicolás. Se conmemora la bondad con los pobres y los niños que tuvo el obispo de Myrra (Turquía) y que ahora se ha convertido en un personaje que visita a los más pequeños en sus casas para regalarles mandarinas, frutos secos y chocolatinas. Las semanas previas a la Navidad toda Austria se llena de mercadillos navideños donde podrás empaparte del ambiente mágico de estas fechas y hacer alguna compra. Destacan, por ejemplo, el impresionante mercado de Navidad que se coloca enfrente del Rathausplatz en Viena, el que llena la plaza principal de Graz o el que inunda casi toda la ciudad de Hall in Tirol. Además, todas las localidades del país se engalanan con luces y decoración navideña, creando así imágenes de postal para el recuerdo. Como es lógico, el día más navideño del año es la Nochebuena. En esta fecha, las familias austriacas se reúnen por la mañana para adornar el árbol natural y, por la tarde, una campana suena para iniciar la celebración. Las velas se encienden, se canta el Noche de Paz junto al árbol -¿sabías que la letra y la música son obras de dos austriacos?- y después de una suculenta cena culminada con las galletas navideñas, llega el momento de abrir los regalos.