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Kairuán

La ciudad religiosa por excelencia

La más sagrada de todas las ciudades tunecinas es Kairuán. Y nos quedará claro nada más descubrir la cantidad de templos dedicados al culto religioso que se encuentran en este emplazamiento. La belleza de sus edificios más emblemáticos parece cosa del pasado, pero su interior está lleno de vida. Las rutinas religiosas de los locales y las peregrinaciones a esta ciudad sagrada mostrarán al viajero la cara más auténtica de Túnez.

Kairuán es considerada la ciudad santa musulmana más importante del Magreb y la cuarta en todo el mundo, por detrás de la Meca, Fez y Jerusalén. Sus numerosos centros religiosos acogen fieles de todas partes del mundo

La peregrinación a Kairuán es tan sagrada, que visitarla siete veces equivale a una peregrinación a la Meca. A su vez, todas las mezquitas de la ciudad tienen una gran importancia arquitectónica, aunque la más destacada sea la Gran Mezquita. Su sala de oración contiene unas 400 columnas que aguantan el techo donde solamente tienen acceso los que profesan la fe musulmana. Si nos asomamos a la puerta podremos apreciar toda su belleza. Otra mezquita de obligada visita es la conocida como Tres Puertas. Su fachada es impresionante, una de las más antiguas del país, aunque no podamos acceder a su interior (a no ser que seas musulmán) podemos acercarnos y descubrir la belleza de su exterior. Para seguir nuestra ruta de los templos islámicos debemos conocer la mezquita del Barbero. Se la conoce así porqué reposan aquí los restos de Abu Zama el Belaoui, un compañero de Mahoma que, según las creencias islámicas, conservaba tres pelos de la barba del profeta.

Los numerosos templos siguen extendiéndose por la ciudad, pero merece la pena también recorrer las calles de la medina de Kairuán. Rodeada por tres kilómetros de murallas, de unos diez metros de altura, esta medina está perfectamente conservada, y en sus calles podemos ver el vivo reflejo de un pasado que se ha ido adaptando a las diferentes culturas que la han habitado. Pasear por su zoco, igual que en el resto de ciudades del país, significa aprender tradiciones locales, regatear, comprar y empaparse de la amabilidad de sus gentes. Esta ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, nos cautivará seguro el corazón.