Una interesante red de canales y un hermoso centro urbano medieval, han sido los que han provocado que Gante sea una ciudad muy atractiva para los viajeros.

Pero no solo su encanto hace que esta ciudad sea especial, ya que Gante es uno de esos enclaves belgas en el que destacan las nuevas tendencias y la cultura. Sus edificios históricos (es el emplazamiento del país con mayor número de recintos de este tipo) y el animado ambiente universitario de esta localidad, hacen de ella un destino incomparable. Y es que, de los aproximadamente 250.000 habitantes de Gante, alrededor de 45.000 son estudiantes, por eso, es una ciudad muy concurrida en la que la oferta musical está al alcance de todos, ya sea en los teatros de ópera, las casas de cultura, así como en los bares y salas de conciertos repartidos por toda la localidad.

Por si el patrimonio histórico y la oferta cultural no fuera suficiente, Gante también cuenta con numerosos viveros y centros de jardinería en los que se cultivan flores. De ahí que esta preciosa urbe también sea conocida como la Ciudad de las Flores. Es muy común ver casas y las barandillas de los ríos adornadas con plantas de colores que le dan un toque alegre a la ciudad. Según cuenta la leyenda, el conde Balduino I de Flandes, en el año 870 adquirió la abadía de San Pedro. Su antigua residencia era el espectacular Castillo de los Condes de Gante, el cual fue utilizado como fortaleza de defensa de las invasiones vikingas hasta el siglo XIV y como prisión hasta el siglo XVIII. Recorrer los pasillos de esta fortaleza permite viajar al pasado y en su interior se pueden contemplar los instrumentos de tortura que se utilizaban en esta época. Otro de los monumentos emblemáticos que conforman el paisaje de Gante es la Catedral de San Bavón, un majestuoso edificio religioso de estilo gótico que destaca por su enorme campanario, una torre que junto a la iglesia de San Nicolás y la de Belfort conforman una hilera de magníficas torres medievales formando así el espectacular skyline de Gante.