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Balnearios, relax y bienestar

Las mejores aguas termales

Silencio, paz, orden, relax, calma, bienestar… Las sensaciones que abrazan al viajero en el interior de un balneario son siempre placenteras y agradables. Todo está orientado a sanar, relajar y hacer sentir mejor a quienes lo visitan. Y la República Checa puede presumir de contar con un gran número de ciudades balnearias, a cual más popular y mejor equipada. Karlovy Vary es la más famosa de todas, pero hay muchas otras que merece la pena conocer.

El número de personas que se desplazan hasta alguno de los balnearios de la República Checa no hace sino aumentar año tras año, y no nos referimos solamente a ciudadanos checos que cogen el coche y recorren un par de cientos de kilómetros, sino también a viajeros internacionales que vuelan desde sus países de origen hasta Chequia para disfrutar de las bondades de sus aguas medicinales. Karlovy Vary es, sin duda, la más famosa y popular de las ciudades balnearias del país, así como una de las más antiguas y mejor valoradas por los viajeros. De hecho es, después de Praga, el segundo lugar más visitado de toda la República Checa. Se encuentra en la región de Bohemia, y forma parte del llamado “Triángulo de los Balnearios” junto con los de Mariánské Lázně y Františkovy Lázně. Tanto la ciudad de Karlovy Vary como sus alrededores están repletos de hoteles de lujo para hospedar a las personas que llegan continuamente para beneficiarse de las aguas termales de la zona. Algunos de esos hoteles figuran todos los años en los rankings de los mejores establecimientos del país y, unos pocos, entre los mejores de Europa. En lo que respecta a las aguas termales de Karlovy Vary, hay que decir que provienen de una serie de manantiales subterráneos que, en algunos casos, llegan a alcanzar temperaturas de más de 70 grados… Pero Karlovy Vary no es, ni mucho menos, el único balneario checo que merece la pena visitar: también están los de Lednice, Konstantinovy Lázně, Jáchymov, Lázně Bělohrad, Teplice, Velké Losiny, Karlova Studánka, Klimkovice, Třeboň, Jeseník, Poděbrady… ¡La lista es interminable!

Otros balnearios checos que merece la pena visitar

Teplice

Enclavada entre las montañas de Krušné Hory, la de Teplice es una de las ciudades balneario más antiguas de la República Checa y de toda Europa. Existen pruebas que demuestran que los manantiales termales de este lugar han sido utilizados desde, al menos, el Siglo XII. Además, ha sido el balneario elegido por gran número de celebridades a lo largo de la historia, como Beethoven, Goethe, Liszt o Chopin.

Mariánské Lázně

En los alrededores de la ciudad balnearia de Mariánské Lázně emergen de la tierra nada menos que 160 manantiales, que han dado fama internacional a este lugar, y lo han convertido en un punto de peregrinación indispensable para los amantes de las aguas termales. Jardines preciosos, edificios antiguos pero muy bien conservados, y una historia llena de grandes personalidades como Franz Kafka, Thomas A. Edison o Sigmund Freud hacen de este uno de los balnearios más destacados de Chequia.

Lednice

Además del espectacular palacio gótico de Lednice, en las inmediaciones de este lugar también se levanta un histórico y popular balneario que lleva muchos años mejorando la salud de sus visitantes gracias a sus aguas con yodo y bromo. El entorno en el que se encuentra no podría ser más bonito y pintoresco: el área que forman los jardines de los palacios de Lednice y Valtice cuenta con tal belleza que es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Františkovy Lázně

Junto con las mundialmente conocidas aguas termales de Karlovy Vary y las de Mariánské Lázně, esta pequeña ciudad balnearia forma parte del Triángulo de Bohemia Occidental. Fue fundada como el primer balneario de turba del mundo, y el famoso poeta alemán Johann Wolfgang von Goethe lo calificó de “paraíso terrenal”. Una combinación perfecta de aguas medicinales, bonitos edificios de estilo neoclásico y ambiente selecto.