Rumanía tiene todo lo que necesita un país para convertirse en el destino ideal de una escapada diferente: naturaleza insólita, ciudades animadas y llenas de vida, un vasto patrimonio histórico y cultural, gente hospitalaria y amable, una gastronomía rica y variada… Y, por si fuera poco, la leyenda del Conde Drácula. ¡Cuántas cosas que ver en Rumanía!
Miembro de la Unión Europea desde 2007, y alejado ya desde hace mucho tiempo de la influencia soviética, Rumanía es un país moderno y dinámico, que hace lo imposible por mantenerse a la altura de sus vecinos del Viejo Continente y que se desvive por enseñarle al mundo todo lo que tiene que ofrecer. La costa del Mar Negro, el Delta del Danubio, las Cuevas de Scarisoara, los Volcanes de Berca, las Gargantas de Bicaz y, sobre todo, los Montes Cárpatos, forman parte del listado de atractivos de carácter natural que ver en Rumanía, mientras que para conocer el patrimonio arquitectónico del país tenemos que recurrir a los castillos de Bran, de Peles o de Rasnov, y a los Monasterios de Bucovina, a las Iglesias de madera de Maramures o a las increíbles iglesias fortificadas de Transilvania. Todas y cada una de las ciudades rumanas tienen algo que aportar al viajero, siempre con buen ambiente y siempre con las puertas abiertas para recibir a los visitantes. Bucarest, Cluj-Napoca, Brasov, Iasi, Timisoara, Târgu Mureș, Constanza, Craiova, Ploiesti, Sibiu, Galati… Los pueblos, aldeas y pequeños núcleos urbanos que ver en Rumanía no se quedan a la zaga, y también suman atractivo y encanto al recorrido por tierras rumanas. Para completar una oferta digna del mejor de los destinos, tenemos que hacer referencia a la gastronomía rumana, rica en sabores y variada en aromas, al bienestar que nos ofrecen los balnearios y spas del país, a las diferentes actividades de turismo activo que forman parte del catálogo rumano, y, por supuesto, a la leyenda del Conde Drácula, un personaje tan tenebroso y siniestro como inseparable de la cultura popular de Rumanía.
Para viajar a Rumanía, no es necesario obtener ningún visado especial ni solicitar permiso de residencia alguno. Siempre que la duración de la estancia vaya a ser inferior a tres meses, es suficiente con tener el DNI en regla. Adicionalmente, el Ministerio de Asuntos Exteriores recomienda viajar también con el pasaporte. Así, podremos llevar encima el DNI en todo momento y dejar el pasaporte en un lugar seguro por si se extraviara el primero.