Festivales musicales, clubes nocturnos, espectáculos callejeros, terrazas abiertas durante casi todo el año, una gastronomía variada y deliciosa, una población amable y sonriente, y una de las mejores cervezas del mundo… ¡La República Checa es un lugar para divertirse!
El principal motivo por el que los viajeros eligen este país como destino para una escapada es por su increíble patrimonio histórico y cultural. Pero después, cuando regresan a su lugar de origen, recomiendan a sus amigos y conocidos hacer el mismo viaje por lo bien que se lo han pasado. Y es que la República Checa es un territorio ideal para los aventureros y para los viajeros que no se conforman con visitar monumentos y recorrer los pasillos de un museo. Los amantes del turismo activo, por ejemplo, encuentran en Chequia un auténtico paraíso: en invierno, cientos de estaciones de esquí abren sus puertas para que los aficionados a este deporte y al snowboard se deslicen a gran velocidad por sus pistas. También hay numerosas estaciones dedicadas al esquí de fondo, más orientado a disfrutar del paisaje y a realizar recorridos tranquilos que a los vertiginosos descensos por la montaña. En verano, las tres actividades reinas en la República Checa son el golf, el senderismo y las rutas en bicicleta. Aunque todo el país está repleto de lugares donde practicarlos, los mejores campos de golf se encuentran en la región de Moravia, a las afueras de Praga y en las montañas del norte de Bohemia. Tanto para hacer senderismo como para realizar inolvidables recorridos en bici, nada mejor que acercarse a alguno de los parques naturales del país, como el de Šumava, el de Krkonoše, la Reserva de la Biosfera de Pálava o el Český Ráj, también conocido como Paraíso de Bohemia. Y quienes no deseen llevar a cabo actividades deportivas, sino que estén buscando placeres más hedonistas, Chequia también es el destino ideal. Para empezar, se come de maravilla: los bosques que tiñen de verde el territorio checo son también la fuente de alimentación histórica del país. Por lo tanto, las carnes de caza como el ciervo o el jabalí abundan en las recetas tradicionales, acompañadas de frutas y frutos, y de hierbas aromáticas procedentes de los mismos bosques. La cerveza es también un elemento a destacar: la que elaboran en Chequia está riquísima, y toda la nación está llena de lugares donde tomarla. Los más forofos de esta bebida pueden incluso acercarse a visitar la fábrica de Pilsner Urquell, situada en la ciudad de Pilsen, a solo 100 kilómetros de Praga. Y no es la única: hay muchas fábricas que, con cita previa, reciben a los visitantes y les muestran los entresijos de sus procesos de elaboración. Algunas de ellas cuentan con sus propios museos. Como colofón a una jornada de deporte al aire libre, de buenas comidas y de visitas a fábricas de cerveza, siempre se puede acudir a un club nocturno para rematar la faena. Los de Praga tienen fama internacional, y algunos de los más famosos y reputados Djs del panorama europeo pasan cada cierto tiempo por alguno de ellos para hacer las delicias de los amantes de la música electrónica.