¿Qué te parece bañarte en unas piscinas que parecen hechas de algodón? No estás soñando. Tampoco te has sumergido de pronto en un pasaje de Alicia en el País de las Maravillas.
En Turquía, hay un lugar llamado Pamukkale donde podrás darte un relajante chapuzón en unas piscinas naturales de aguas termales, con excelentes propiedades para la salud, y que además llaman la atención por su color blanco. Ahora bien, si hay un paisaje turco mundialmente famoso aparte de Estambul es la Capadocia. Esta región situada en el centro de la Península de Anatolia es una obra exclusiva de la naturaleza, que labró una especie de panal gigantesco con piedras y cuevas de formas muy curiosas. Además de su extrema belleza natural, tiene una enorme historia, como demuestran sus pinturas rupestres o sus iglesias subterráneas.
Cuatro mares e infinitas playas; así es Turquía. El país está rodeado por el mar Mediterráneo, el Egeo, el Negro y el de Mármara, así que la oferta para los amantes de la costa es de ingentes proporciones. Algunas de las playas más famosas son la de Kaputas, con deliciosas calas de arena blanca y aguas cristalinas, o Patara, considerada como una de las playas más largas del Mediterráneo gracias a sus 18 kilómetros. Y es que Turquía siempre ha sido un país bendecido por la naturaleza. Además, en los últimos años los esfuerzos por acercarse a la Unión Europea han multiplicado el trabajo de conservación. Así, el país tiene actualmente 40 parques nacionales y muchas más zonas protegidas. Asimismo, todas ellas suelen tener un impresionante catálogo de monumentos históricos.