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Arquitectura de hadas y leyendas de dragones

Construida sobre una cueva

Sobre su casco antiguo se erige el Castillo de Wawel, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y la Catedral. El castillo combina arquitectura de todos los estilos, desde el románico hasta el barroco, y fue la sede del rey de Polonia desde el siglo XIII hasta el siglo XVII.

Un buen punto de partida es la Ciudad Vieja (Stare Miasto), el barrio más antiguo diseñado en 1257 tras la invasión de los mongoles. Sobre su casco antiguo se erige el Castillo de Wawel, declarado Patrimonio de la Humanidad y la Catedral. El castillo combina arquitectura de todos los estilos, desde románico hasta barroco, y fue la sede del rey de Polonia desde el siglo XIII hasta el siglo XVII. Desde 1940 el castillo funciona como museo nacional donde se exhiben las riquezas del monarca polaco. Una pieza que no debe pasar desapercibida es Szczerbiec, la espada de coronación de casi todos los monarcas desde 1320 hasta 1764. Aquí también se encuentra la cueva más famosa de Polonia, una formación kárstica conocida por todos por su legendario dragón. En la entrada a la catedral hay huesos que cuelgan de una cadena que data de la Edad de Hielo y que dicen pertenecer al dragón. Sin salir de la Ciudad Vieja se encuentra la Plaza Principal (Rynek Główny) lugar por el que pasarás en numerosas ocasiones y una de las plazas medievales más grandes de Europa. Sus medidas: 200 metros de ancho y de largo donde se rezuma historia y belleza arquitectónica en cada metro. En la plaza se encuentran la Iglesia de San Adalberto y la Basílica de Santa María, una maravilla gótica de ladrillo de principios del siglo XIV con vidrieras y estrellas doradas sobre un fondo azul y con el retablo gótico más grande del mundo. A pocos metros podrás ver la joya renacentista Sukiennice Cloth Hall, el lugar que según los locales mejor define Cracovia.

Al sur de la Ciudad Vieja se encuentra Kazimierz, el barrio judío convertido en una ciudad separada durante 500 años hasta el siglo XIX. A finales del siglo XV, el rey Jan I Olbracht trasladó a toda la población judía a Kazimierz convirtiéndolo en el mayor gueto de judíos de Europa. El barrio se dividió entre polacos judíos y étnicos mediante un muro que fue derribado hace 200 años. Actualmente es una de las zonas de Cracovia más populares tanto para vivir como para cenar o salir de fiesta. Muchas escenas de la película de La Lista de Schindler se grabaron en este vecindario. Desde 2010 es posible visitar la fábrica de Schindler, principal escenario de la película de Steven Spielberg donde se pueden leer las historias de Oskar Schindler, el hombre que ayudó a salvar a más de 1.000 personas. También se encuentra el escritorio original, su "lista" de nombres y las fotos de sobrevivientes así como una exposición más amplia que reúne reconstrucciones de túneles subterráneos y sótanos donde se escondían los judíos durante su persecución. Cracovia fue, por desgracia, testigo directo del Holocausto. Auschwitz, uno de los mayores campos de concentración nazi, se encuentra aquí. Pese a lo doloroso que pueda resultar es una visita obligada para conocer la cruel etapa y el monumento construido en memoria de quienes perdieron aquí. Un paseo por el Planty Park, recorrer los bulevares del río Vístula, o subir el montículo de Kościuszko- héroe nacional polaco- son otras sugerencias para descansar y disfrutar tranquilamente de la ciudad. Otra opción más artística es admirar el talento local e internacional a través de su arte callejero. Algunos de los mejores trabajos incluyen el enorme Ding Dong Dumb, Judá, Robot o Los Murales de Barcelona. Puedes verlos en la calle Józefa o en Plac Bawol.