Las ruinas, declaradas como Patrimonio de la Humanidad, destilan toda la grandeza y la épica de una de las grandes batallas de la historia clásica. Cuando llegues, un enorme caballo de madera te estará esperando para dejarte bien claro dónde estás.
A lo largo de tu visita, podrás descubrir varias etapas de la historia de la ciudad, aunque seguramente la que más llame tu atención sea la Troya VI, donde la mayoría de historiadores datan el asedio de diez años por parte de una coalición de ejércitos griegos que fue narrado por Homero en La Iliada. La ciudad, que ya había tenido épocas muy prósperas como punto clave en la defensa de los Dardanelos y como nudo estratégico en el comercio con el mar Negro, siguió existiendo después de caer en manos de los aqueos, aunque su llama se fue apagando en la época bizantina hasta desaparecer de la historia. Sólo la obcecación del arqueólogo aficionado Heinrich Schliemann, que financió de su bolsillo las excavaciones en busca del tesoro del rey Príamo, logró sacar a la luz los restos de la ciudad y confirmar que La Iliada no estaba basada en una leyenda, sino en hechos más o menos reales.
