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La pequeña Viena

La ciudad con la mayor sala de estar del mundo

La ciudad que inventó la corbata es uno de los destinos perfectos para desconectar. Sin una gran afluencia de turistas, la urbe ofrece música, diseño, arquitectura, vida al aire libre y uno de los mejores cafés de Europa. Una joya que bien merece ser descubierta antes de que se ponga de moda.

La capital no es muy grande. Puede recorrerse a pie o en bicicleta. Con una gran cultura cafetera, la plaza de Trg Josipa Jelacica es probablemente el mejor punto de inicio para comenzar la visita. El corazón de la ciudad y principal lugar de encuentro de los locales donde disfrutan de la vida al aire libre, incluso en invierno. Por ello, Zagreb se ha ganado a pulso ser la ciudad con la mayor sala de estar del mundo. Un buen plan de sábado es la Spica. Todos los sábados por la mañana las calles se llenan de gente para tomar el vermut. Después puedes acercarte al Mercado de Dolac, una especie de “Rastro” de Madrid en Croacia. La Ciudad Antigua- también llamada la parte alta- está formada por los barrios de Gradec y Kaptol. Este último es el barrio más antiguo de la ciudad. El centro se encuentra la Plaza Markov presidida por la iglesia de San Marcos. Construida en el siglo XIII, es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. Su portal gótico y colorido tejado ornamentado por con los escudos medievales del país, recuerdan a la mismísima San Esteban de Viena. Por ello muchos la llaman “la Pequeña Viena”.

La Catedral de Zagreb es otro de sus principales iconos y una referencia a la hora de guiarte por la ciudad ya que sus torres de 108 metros de altura que permiten divisarla desde casi cualquier punto de la ciudad. Antes de abandonar la parte Alta, otro de los emblemas de la ciudad es la misteriosa puerta de piedra, conocida como Kamenita vrata. A parte de ser una de las estructuras más antiguas, esconde una inquietante historia. Antiguamente Kaptol y Gradec fueron dos ciudades independientes. Por temor a invasiones Gradec estaba protegida por una muralla. Esta puerta de piedra era una de las cuatro entradas en su interior había un cuadro de la Virgen María. Cuenta la leyenda que nadie conoce al autor del cuadro. Tan solo se sabe que pidió cobijo una noche de invierno y, como compensación, plasmó su pintura. En 1731 un incendio acabó con gran parte de la ciudad. Lo arrasó casi todo, excepto la imagen de la virgen. Zagreb tiene el funicular más corto del mundo, curiosamente ubicado en la arteria más larga de la ciudad, en la calle Ilica. El funicular une la Ciudad Baja y la Ciudad Alta en tan solo 55 segundos. El cementerio de Migroj (s. XIX) es el lugar idóneo para para contemplar el esplendor de Zagreb. Aquí están enterrados algunos de los croatas más célebres de la historia. Su puerta principal es una de las más fotografiadas.