Si algo define a Islandia es esa naturaleza tan especial con la que uno se encuentra a cada paso. Cada recorrido es una sorpresa. Un volcán, un lago infinito, el océano, los glaciares, los icebergs, las cuevas… Todos estos lugares pueden ser explorados a partir de un gran espíritu senderista.
Antes de salir de casa no podemos olvidar nuestras botas de montaña o calzado deportivo, una buena mochila, una cantimplora y brújula. Caminando por los paisajes de Islandia podremos gozar de una experiencia única. Aunque la oferta de rutas senderistas es muy extensa, existen algunas excursiones de trekking más populares que otras. Una de ellas es la travesía de Laugavegurinn, que conduce al glaciar más grande de Islandia, Vatnajökull. Esta ruta puede hacerse en unos cinco días deteniéndose en parajes inolvidables hasta llegar a destino. Durante el camino podremos disfrutar de las termas, las fumarolas, las formaciones rocosas, y finalmente del hielo infinito. Otra de las excursiones más conocidas es la subida hasta el volcán de Snæfellsjökull, protagonista de la novela de Julio Verne Viaje al Centro de la Tierra. Es precisamente allí donde se encuentra la entrada al corazón del planeta para el escritor francés. La excursión de solamente un día y de poca dificultad asciende hasta los 1.400 metros de altura. Una vez allí las vistas al mar son inolvidables.