Hasta hace relativamente poco, Myanmar había estado totalmente aislado al exterior, por eso está mucho menos desarrollado que sus países vecinos. Ahora está abierto al turismo y sus lugareños viven con curiosidad esta nueva entrada de extranjeros deseos de sumergirse en una cultura diferente.
A pesar de la pobreza que se vive en el país, sus habitantes reciben a los visitantes con una gran hospitalidad y una gran sonrisa en la cara. Las tradiciones más ancestrales están a la orden del día y las practican la mayoría de los oriundos, en total unos 52 millones que se dividen en 135 grupos étnicos diferentes. Nos llamará la atención ver que la mayoría de locales, de todos los géneros y edades, tiene la cara cubierta con una especie de maquillaje. Esta pasta no es más que un protector solar que evita el exceso de grasa y que además estiliza la piel. Se trata de un cosmético natural que se saca de la corteza del árbol Thanakha. ¿Lo probamos?