Aunque tienen nombres parecidos, ojo porque no son iguales. Norrköping es una ciudad industrial con una curiosa mezcla de edificios modernos y antiguos, con varios parques y tranvías que cruzan la localidad. Todo ello le da un encanto muy peculiar. No te olvides de la cercana Himmelstalund, donde hay miles de grabados rupestres de la Edad del Bronce. No lejos de allí, se encuentra la ciudad de Jönköping, una ciudad comercial cuya historia reciente está marcada por un curioso instrumento: la cerilla. No te pierdas el museo dedicado a ella –obviamente dentro de una antigua fábrica- y visita las numerosas iglesias de la ciudad, como la de Sofía o la de Kristina.
El principal motivo para visitar Halmstad es su espléndida ciudad medieval interior, declarada conjunto de interés histórico. Este conjunto de edificios de madera recuerda el glorioso pasado de la ciudad durante el Medievo, cuando Halmstad era la ciudad más grande de la costa oeste. Hoy apenas es la vigésima, pero esto le regala una serena belleza que podrás disfrutar paseando por sus calles, contemplando a los artesanos trabajar en el antiguo asilo de Fattighuset, visitando el espléndido castillo o fotografiando la fuente de Europa y el toro o la Cabeza de mujer de Picasso, que está situada entre los puentes que cruzan el Nissan. Una de las visitas fundamentales en tu recorrido por Suecia es la preciosa localidad amurallada de Visby, declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es, sin duda, el principal reclamo de la isla más grande del país, Gotland, gracias a las pintorescas casitas, ruinas medievales y bares y cafeterías que se arremolinan en torno a calles empedradas llenas de encanto. Lo mejor que puedes hacer es darte un paseo tranquilo por sus calles, visitar el Gotlands Fornsal para conocer la rica historia de la ciudad y disfrutar de la imponente muralla y las numerosas torres. Dicen que para diseñar la ciudad de Karlskrona, Erik Dahlberg se inspiró en Versalles y en Roma. Tuvo, eso sí, que adaptarse a la peculiar ubicación de la urbe, distribuida entre varias islas del archipiélago de Blekinge. El resultado es una ciudad elegante y con estilo propio, repleta de notables monumentos que datan de la edad de oro sueca y que, gracias a la arquitectura naval, fue declarada Patrimonio de la Humanidad. Vas a quedarte de piedra en la imponente plaza de Stortorget –dicen que es la mayor del norte de Europa-, disfrutarás de lo lindo en sus museos –no te pierdas el fascinante Museo Naval- y podrás fotografiar un amplio catálogo de bellas construcciones.