El camino por estas increíbles zonas naturales no tarda en recordar las imágenes vistas en documentales o en películas, con un predominio de la vida salvaje, con un verde de una excepcional intensidad. En muchas de las rutas senderistas, no tardarán en ponerse en nuestra línea de visión una figura volcánica o una espectacular caída de agua, perfectamente integrados en un panorama deslumbrante, impactante.
Una parte del planeta que equivale al 0,03% de la superficie, y en la que viven 4% de las especies animales y vegetales de la Tierra es, sin duda, un paraíso natural (un 25% de áreas protegidas en el total del país), coronado por un prodigioso despliegue de formaciones volcánicas (la última erupción está datada en 1968, la del Arenal, el más popular de Costa Rica). Son imponentes presencias en el horizonte de unos excepcionales paisajes naturales, propios de una de las zonas más bellas del mundo. Las numerosas caídas de agua forman parte de los inolvidables recuerdos de Costa Rica para todo viajero que pasa por estas tierras. Aparecen, de repente, entre la espesura de una exuberante vegetación, como un festival de colores y sonidos que invitan a permanecer un buen tiempo en este entorno fresco y gratificante para los sentidos.