La naturaleza en su estado puro es una buena opción para conocer las tierras del norte. Visitar sus muchos castillos medievales tampoco es que sea aburrido, pisar la Calzada de Gigantes o recorrer el bosque de Robin Hood…
El Reino Unido es un abanico de planes, pero hay que reconocer que los que más interés despiertan se concentran en su capital, Londres. Una ciudad muy fácil de recorrer con niños. Quizá el único escollo de un viaje como este sea la gastronomía, aunque siempre hay platos con los que contentar a los pequeños, por ejemplo, un típico fish and chips. La cocina británica la conforman alimentos adaptados a su clima e influenciados por Europa y Asia. Escasean las verduras y cuando se sirven están cocidas. Los pescados se consumen en zonas más costeras como el Sewin de Gales o el salmón. Y el cerdo y el buey se acompañan de cereales y verduras.