Tu visita a Oslo no estará completa si no das un paseo por el parque más grande de la ciudad, el Parque de Vigeland. Debe su nombre al famoso escultor noruego, que tiene allí 212 esculturas que retratan a la humanidad en todas sus formas. Es difícil encontrar en otro lugar del mundo un museo al aire libre como éste, en el que la naturaleza y el arte se fusionan de una manera tan intensa.
El Parque de Vigeland es uno de los grandes símbolos de Oslo y uno de sus puntos más visitados, pero posiblemente su icono arquitectónico sea el castillo y la fortaleza medieval de Akerhus. Su privilegiada posición les permite dominar el puerto desde principios del siglo XIII, cuando el rey ordenó su construcción para proteger la recién proclamada capital de Noruega. Dar un paseo por su interior es recorrer buena parte de la historia de la ciudad. Es imposible viajar a Noruega y no pensar en los vikingos. Por eso, una de las visitas obligadas en tu recorrido por Oslo es el Museo de los Barcos Vikingos. Allí vas a poder ver de cerca dos de las naves vikingas del siglo IX mejor conservadas del mundo y además de partes de una tercera. ¿Sabías que se usaban para transportar los cadáveres de los líderes hacia el mundo de los muertos? La muestra se completa con las joyas, armas y complementos hallados en los barcos. La lista de monumentos de Noruega no tiene fin. No hace falta que te salgas de Oslo para seguir descubriendo lugares de lo más interesante. No te pierdas el edificio de la Ópera, donde incluso podrás caminar por el techo; grita junto a El Grito en la Galería Nacional; vence el miedo a las alturas en el trampolín de salto de Holmenkollen o bucea entre tiendas, bares y restaurantes del animado Aker Brygge.