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Charleroi

Charleroi, la ciudad del cómic y del rey de España Carlos II

Esta ciudad es la segunda más grande la región de Valonia y se encuentra en la provincia de Henao. Comparte con Bruselas el título de “la capital del cómic”, ya que en ambas se pueden ver a los clásicos personajes de tebeos plasmados en las fachadas de algunos edificios o en forma de figuras salpicadas por toda la localidad.

En Charleroi es donde se encuentra la popular escuela de Marcinelle, la casa editorial de los cómics de Dupuis, quien dio a luz a imágenes tan populares como Spirou o Lucky Luke. Es inevitable que a los viajeros no se les dibuje una sonrisa en la cara cuando se topan con estos personajes que les hacen recordar su infancia.

Desde siempre, la economía de Charleroi se ha basado en la industria, y hasta hace unos años también en la minería, por eso este bello emplazamiento belga también es conocido con el nombre “el país negro”. Esta ciudad, ubicada a la orilla del río Sambre, ha sabido reinventarse y ha convertido sus antiguas zonas industriales en espacios culturales llenos de vida. Esta iniciativa le proporciona un aire muy cultural y atractivo para los amantes del arte y del ocio. Además, de estos enclaves, Charleroi está llena de atractivos, siendo el Ayuntamiento y su campanario uno de los más afamados. El recinto data del año 1936 y fue diseñado por el arquitecto Josep André. La fachada cuenta con unos 240 metros de largo y su torre con 70 metros de altura. Esta edificación logró cautivar a la UNESCO, quien en el año 1999 la incluyó en su lista de Patrimonio de la Humanidad. La historia de Charleroi es sorprendente. ¿Sabíais que su nombre rinde homenaje al rey de España Carlos II? Este dirigente fundó esta ciudad en el año 1666 y el nombre de esta urbe proviene de “Charles-roy”. Poco después de que Carlos II se pusiera al frente de este territorio, la ciudad fue acorralada por numerosos ejércitos extranjeros: holandeses, franceses y austríacos. Finalmente, en el año 1830 Bélgica obtuvo su independencia. Así pues, pasear por las calles de Charleroi no solo recuerda a los populares personajes del cómic cuya memoria todavía perdura, sino que también logra cautivar a los viajeros con su impactante patrimonio, su animado ambiente cultural y su historia tan vinculada a España.