Esta preciosa localidad, ubicada en la región de Flandes, compite con la belleza de Gante y Brujas, pero no tiene nada que envidiarles, ya que cuenta con un encanto único que la hace diferente.

Uno de los mayores atractivos de Amberes son los diamantes. Esta ciudad es toda una referencia en estos brillantes y produce el 85% de los diamantes en bruto del mundo. Además, Amberes es la urbe por excelencia de compras de Bélgica y es popular por los Seis de Amberes, un famoso grupo de diseñadores locales. A parte de los diamantes y de la moda, en esta metrópoli uno tiene la oportunidad de revivir la edad de oro de los siglos XVI y XVII. Y es que Amberes lleva el sello de los negocios grabados en su ADN y tuvo un gran papel en la vida intelectual, comercial y artística del país. De hecho, fue el hogar de grandes y emblemáticos pintores barrocos, como por ejemplo Peter Paul Rubens y Anton Van Dyck.

Pasear por esta localidad es muy agradable y la historia se palpa en cada una de sus calles. De hecho, en el año 1920 este emplazamiento belga fue elegido sede de los Juegos Olímpicos para honrar a los miles de heridos y fallecidos en el país durante la Primera Guerra Mundial. El puerto de Amberes se alarga durante kilómetros por el delta del río Escalda (Scheldt en neerlandés) y por los canales artificiales que se crearon junto a él. La profundidad de este río fue clave en el desarrollo de esta región, ya que permitía la navegación de barcos mercantes. Amberes atrapará a los viajeros que pongan sus pies en este territorio. Uno de sus mayores iconos es la espectacular Catedral gótica, un impactante edificio que destaca por su torre de 123 metros. Es el recinto religioso más grande de Bélgica. Otro monumento digno de conocer es Het Steen, un castillo medieval que se construyó en la Baja Edad Media tras las incursiones de los Vikingos.