El esquí, el senderismo o el avistamiento de aves son algunas de las actividades que han hecho de los Alpes Suizos un destino puntero a nivel mundial. Pero por encima de todo eso está el simple pero intenso placer que nos aporta contemplar los paisajes y respirar el aire puro de esta cadena montañosa única en el mundo.
Se puede decir que más del 60% del territorio de Suiza forma parte de los Alpes. Los Alpes suizos son, por tanto, un elemento fundamental del país y origen de importantes ríos europeos como el Rin. Están limitados por los lagos Leman y Constanza, y divididos en dos grandes áreas: la occidental y la oriental. Las principales cumbres de los Alpes suizos son el Dofourspitze (4.634 m.) y el Dom (4.545 m.), pero hay muchas otras cimas que sobrepasan los cuatro mil metros. La altitud media de los Alpes Suizos es de 1.700 metros sobre el nivel del mar. Pero, aparte de la majestuosidad de sus montañas, los Alpes Suizos son un espectáculo para la vista: paisajes idílicos, montañas que parecen besar el cielo, prados verdísimos que se deslizan hasta llegar a hermosos lagos de montaña, los mayores glaciares del continente, aldeas de montaña, pequeñas ciudades en las orillas de lagos de agua cristalina, en las que perderse por su casco antiguo, disfrutar de la cocina típica o subir en funicular a lo alto de la montaña para contemplar las vistas son experiencias inolvidables. Y, por supuesto, elegantes ciudades. Suiza goza de una amplia tradición en lo que se refiere a deportes de invierno, sobre todo el esquí, hasta el punto de que entre sus estaciones están algunas de las más antiguas del mundo. La gran cantidad de nieve existente en este país permite una larga temporada para esquiar que va desde principios de octubre hasta finales de mayo. Dos tercios de los casi veinte millones de deportistas que acuden a las más de 200 pistas suizas son del propio país. Entre las pistas de esquí de Suiza, destacan: Saas-Fee: también conocida como la perla de los Alpes; Zermatt, con kilómetros y kilómetros de pistas; Verbier, una de las más elegantes; St. Moritz ideal para quien busque exclusividad; Champery, cerca de Ginebra; o Portes du Soleil. El Matterrhorn, Cervino en español, es el monumento natural más famoso y símbolo de Suiza. El Matterhorn y Suiza están, inseparablemente, unidos. Este gigante montañoso, con forma de pirámide y 4.478 metros de altura, es muy difícil de escalar y está considerado como la montaña más fotografiada del mundo. El primer ascenso al Matterhorn se llevó a cabo en 1865 y, a raíz de este hecho, se hizo mundialmente famoso y se convirtió en objetivo de escaladores.