Si bien en las grandes ciudades de Myanmar como Rangún o Mandalay nos encontraremos con un ambiente caótico en el que predomina el trajín de motos y de transeúntes, en las afueras el entorno es mucho más bucólico, y se caracteriza por la tranquilidad, el ruido de la naturaleza al moverse con el viento y el cielo estrellado.
El paisaje birmano es espectacular. En él nos encontraremos con imponentes y verdes montañas, canales de agua, terrazas de arroz y de plantaciones de todo tipo, así como paradisíacas playas rodeadas de palmerales y bosques de orquídeas que parecen proteger a los jardines flotantes que se sitúan al lado de los lagos y que están llenos de vida. Myanmar es un espectáculo visual y nosotros estamos a punto de ser testigos de ello. En este país viviremos experiencias que recordaremos toda la vida, ya sea en sus bulliciosas ciudades o en sus localidades más pequeñas. Este territorio tiene muchísimo que ofrecer. ¿Preparados para descubrirlo?