Si bien es cierto que Polonia alberga las plazas más bellas de toda Europa, las dudas desaparecen cuando visitas Stary Rynek. La plaza es, probablemente, la joya arquitectónica más bonita que puedas ver. Las casas pintadas con colores pastel y los bares y restaurantes con terraza son el atractivo ideal para pasar horas y horas tan solo observando.
En pleno corazón de la Plaza Antigua se encuentra el Ayuntamiento, considerado como una de las grandes maravillas del Renacentismo. En 1.551 se instaló un reloj que, cada día a las doce del medio día, obsequia a los locales y viajeros con un espectáculo cargado de historia. Al sonar las 12 se abre una puerta del reloj y dos cabras mecánicas golpean sus cabezas doce veces. Según cuentan se trata de una tradición para recordar un gran banquete celebrado en la ciudad. Debido a la torpeza de uno de los cocineros la carne que debía servirse estaba completamente carbonizada. Para salvar su pellejo el cocinero decidió robar dos cabras con la intención de cocinarlas. Estas escaparon y cuando llegaron los invitados se encontraron con la estampa de dos cabras golpeando sus cabezas en la cornisa de la torre. La escena hizo reír tanto al gobernador que ordenó reproducir la escena y añadir a las protagonistas, en versión mecánica, en el mecanismo del reloj.
Otra maravillosa estampa situada cerca de la Plaza son las conocidas como Casas de los Pescadores. Aunque se trata de una reconstrucción de las originales, las viviendas de colores son un regalo para la vista y uno de los símbolos de la ciudad. La iglesia de San Estanislao, obispo y mártir del siglo XVII de Poznan, es uno de los ejemplos más preciados de la arquitectura barroca en Polonia. Sirvió como catedral temporal cuando la verdadera estaba en proceso de renovación. Hay una cripta debajo de la iglesia donde están enterrados monjes y feligreses. En su interior, una triple nave de más de 50 metros de largo y 16 columnas de mármol de Corinto. Para los fanáticos de la historia del arte aquí podrán deleitarse con frescos del siglo XVIII. Sin embargo Ostrów Tumski puede ser la gran sorpresa de Poznan. Las excavaciones han demostrado que la llamada “isla de la catedral” fue el primer lugar con asentamientos en todo Polonia, de ahí que Poznan sea conocida como la ciudad origen. Ubicada al Noroeste de la Ciudad antigua se puede acceder por dos puentes que llevan el nombre de los dos primeros gobernantes. Actualmente ha dejado de ser una isla debido a las constantes inundaciones que obligaron a rellenar de tierra y cemento uno de los afluentes del río Odra. Repleta de vegetación, calles empedradas y alejada del bullicio del centro aquí podrás visitar la primera Iglesia construida de madera en el siglo X. También las tumbas de los primeros gobernantes del país: Mieszko I y su hijo Boleslaw el Valiente, primer rey de Polonia así como la Catedral de Poznan entre los dos brazos del río Varta. Está considerada la más antigua de las catedrales polacas y está dedicada a San Pedro y San Pablo.