El mar Mediterráneo esconde una perla que no deja de recibir los halagos de los que la visitan. Cuando hablamos de la República de Túnez nos viene a la mente un país africano poblado por una sociedad de fe musulmana. Pero este país es mucho más que eso. Hasta que no estamos ahí no somos capaces de apreciar y comprender los matices que hacen del lugar una tierra de ensueño llena de tesoros, que nos atraparán con su encanto y autenticidad. ¿Queréis descubrir qué ver en Túnez?
Salpicado, indudablemente, por el sabor mediterráneo, Túnez tiene un clima ideal y los recursos naturales necesarios para que muchas de las culturas milenarias se hayan asentado en su territorio durante diferentes épocas históricas. Su situación geográfica lo dota del mar Mediterráneo por el norte y el este, al sur limita con Libia y al oeste con Argelia.
Aunque Túnez es el país más pequeño del Magreb, muchas rutas comerciales se han dado y siguen pasando hoy en día por sus fronteras, por eso los diferentes imperios y culturas han peleado durante siglos y siglos para tener el dominio del lugar y aprovechar también sus recursos tan codiciados por la humanidad. No cabe duda, pues, que la sociedad actual es una amalgama de ideas pasadas, imposiciones, vidas y religiones. Si decidimos viajar a Túnez estaremos haciendo una elección correcta, la amabilidad de sus gentes hará que nos sintamos bien recibidos y acompañados en todo momento.
Durante su crecimiento turístico, Túnez ha ido perfilándose como destino de sol y playa. Sus numerosos kilómetros de costa con arenas finas y un mar con buena temperatura durante la mayor parte del año han propiciado el desarrollo de complejos hoteleros y restaurantes dedicados a acoger visitantes de todo el mundo. Pero el viajero que quiera algo más que unos días de relax encontrará más tesoros que ver en Túnez. El desierto se extiende por la zona sur del país, y es uno de los mayores reclamos para los visitantes, que pueden descubrir un paisaje único a unas dos horas en avión de distancia. El patrimonio arquitectónico es el más significativo reclamo del lugar. En las fronteras tunecinas se alzan esplendorosos restos cartagineses y romanos, además, algunos de los mayores templos sagrados dedicados a la fe musulmana tienen más de mil años, incluso algunas iglesias cristianas del lugar son las más singulares edificaciones del siglo XIX. Las medinas, centros de las antiguas ciudades donde ocurría toda la vida, están muy bien conservados y, en la mayoría de ellas, aún se tienen en pie las murallas que los defendían de los invasores. Los zocos, imprescindibles en la lista de rincones que ver en Túnez, son las tradicionales calles dedicadas a la fabricación y venta de diferentes artesanías y objetos cuotidianos, y suelen enmarcarse dentro de los límites de la medina. Desprenden vida gracias a los comerciantes y a sus cualidades dialécticas de las que no podremos escapar si intentamos seguir su juego del regateo para conseguir, a buen precio, objetos de alta calidad y, además, bonitos. La modernidad del país llegó durante la última etapa de la dominación francesa, Túnez se abrió a Europa y la entrada del turismo dio un aire más prospero al lugar desprendiéndose de las imposiciones más duras del pasado. En el año 1956 consiguió su independencia y ha ido forjando su propia tradición democrática reforzando así el gobierno democrático del que goza hoy en día.
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Las ciudades más imponentes del país
Túnez
La ciudad de Túnez alberga en su interior un amplio crisol de culturas y contrastes únicos, debido a su situación geográfica estratégica. Su rico patrimonio e historia se reflejan en cada rincón de las calles de esta ciudad mediterránea. La capital de la República de Túnez cuenta con una de las más bonitas medinas de todo el mundo, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Mundial en el año 1979.
La larga historia de Cartago se remonta a inicios del siglo IX a. C. La ciudad ha sido sometida al control de numerosas potencias dominantes a lo largo de los años, alzándose victoriosa en muchas ocasiones y haciendo sombra a Roma, la gran capital del Imperio Romano. En la actualidad recibe cientos de visitantes al día que no quieren perderse su precioso yacimiento y pasear frente al mar de la actual ciudad de Cartago.
Descubrir el encanto del mar Mediterráneo es posible cuando estás envuelto entre la belleza de la pequeña ciudad de Sidi Bou Said. Sus características construcciones bajitas, completamente pintadas de blanco con puertas y ventanas azules, invitan a todo aquél que pone sus pies en este territorio a relajarse, además de plasmar en su memoria una imagen idílica de este país, donde el cielo se funde con el mar.
La ciudad de Sfax es la segunda más poblada de la nación tunecina, su desarrollo está centrado principalmente en la economía del aceite, que, además, le proporciona a la zona un aroma muy característico debido a la prensa de la aceituna. Pero su gran secreto yace escondido en el corazón de la ciudad: la medina.
Esta pequeña ciudad al sur de Susa es el remanso de paz ideal para los que buscan descansar a orillas del mar Mediterráneo pero sin renunciar a rodearse de siglos de historia y cultura. Los mejores resorts del país se entremezclan con la tradición pesquera en esta zona tunecina, dotada con largas playas de arena fina flanqueadas por edificaciones con siglos de historia.
Los viajeros que buscan comodidad y ocio tienen en Hammamet el lugar ideal para alojarse. A una hora y media escasa de la capital, este enclave goza de los mejores complejos turísticos con actividades y entretenimiento durante todo el día. Su buena ubicación también permite descubrir el encanto de las demás ciudades de Túnez realizando pequeñas excursiones diarias.
Esta pequeña localidad se encuentra más cerca de la frontera con Argelia que de la capital de su propio país. Vale la pena desplazarse hasta este lugar para gozar de los mejores paisajes costeros naturales, tanto desde tierra firme como nadando en sus aguas azul turquesa bajo el penetrante sol africano.
Si viajamos a la ciudad de Susa vamos a descubrir que guarda varias caras en su interior. Es una de las potencias turísticas más grandes del país y la tercera ciudad más importante, por detrás de Túnez y Sfax. Es conocida por los olivares que parecen ser infinitos, siendo la industria agraria una de las más importantes del lugar. Sus monumentos y museos tampoco nos decepcionarán, y el relax en las playas adyacentes está asegurado durante nuestra estancia en Susa.
La más sagrada de todas las ciudades tunecinas es Kairuán. Y nos quedará claro nada más descubrir la cantidad de templos dedicados al culto religioso que se encuentran en este emplazamiento. La belleza de sus edificios más emblemáticos parece cosa del pasado, pero su interior está lleno de vida. Las rutinas religiosas de los locales y las peregrinaciones a esta ciudad sagrada mostrarán al viajero la cara más auténtica de Túnez.
La excelente comunicación de Sahline la convierte en un lugar vacacional ideal, muy cerca de importantes destinos turísticos como Monastir y Susa. Esta es la mejor opción para los viajeros que buscan el relax de la costa, pero que también tienen pensado explorar el país y vivir una experiencia más allá del sol y playa.
El desierto se encuentra a las puertas de Nefta. Situada al norte del lago salado Chott el Djérid y a unos 30 kilómetros de la frontera con Argelia, esta pequeña ciudad es famosa por su oasis, que recibe una gran cantidad de visitantes. La zona vive del turismo y de la gran producción de dátiles de su palmeral.
La ciudad de Midoun se encuentra dentro de la isla de Djerba, en la parte sud de la costa oriental de la República de Túnez. Un puente con una carretera unen el continente con la isla, que se ha convertido en el máximo exponente del descanso del país por su tranquilidad y sus hermosas playas paradisíacas.
Tozeur es la capital de la gobernación que lleva el mismo nombre, y se encuentra al norte del lago Chot el Djérid, al interior del país. Comparte aeropuerto con Nefta y, a demás, también se encuentra en los límites de un impresionante oasis. Numerosas actividades y paseos pueden ser practicados en el palmeral desde Tozeur.
Probar las exquisiteces de Túnez será el acompañamiento perfecto de nuestra aventura por el país. La oportunidad de degustar la cocina tradicional nos llenará de recuerdos que sólo podemos captar con nuestro paladar.
Las tradiciones que trasmiten la identidad de un pueblo
Las influencias que ha tenido este país en sus más de 3000 mil años de historia son muchas, y cada cultura ha dejado su huella en el lugar. Podremos comprobarlo en su rico patrimonio arquitectónico que salvaguarda importantes ruinas cartaginesas y romanas, hasta templos religiosos, en su mayoría islámicos, aunque también algunos católicos que testimonian el paso por la región de las culturas cristianas.
Las posibilidades de disfrute que ofrece Túnez no se acaban en sus ciudades. La vida surge en cada rincón de la naturaleza y las oportunidades de conocer el lugar pueden surgir tanto en las calles más concurridas como en el desierto más remoto. Así que no debemos perdernos ninguno de los musts más destacados del país.
Hay cosas que no debemos pasar por alto si no queremos regresar a casa y arrepentirnos de no haber aprovechado al máximo nuestra visita. A ningún viajero le dejaran indiferente sitios tan destacados como la propia capital, los restos romanos o la isla vacacional más famosa.
No es necesario sacar ningún visado para los habitantes del estado Español. No obstante, sí que deberemos tener nuestro pasaporte en vigor y con una fecha de caducidad posterior a tres meses de nuestro viaje. Si los viajeros son menores de edad deberán ir acompañados de sus padres o tener una autorización paterna en papel.
Clima
Para asegurarnos de elegir la mejor época para viajar, lo mejor será conocer el clima de antemano. Si tenemos la suerte de poder viajar durante todo el año el factor meteorológico puede ser decisivo para tomar una decisión. Si, por el contrario, solamente tenemos unos días concretos de vacaciones, no hay duda de que la República de Túnez es nuestro destino ideal, ya que tiene puntos fuertes durante todas las épocas del año.
Diferencia horaria
La diferencia horaria tampoco es un elemento a tener en cuenta, ya que en Túnez siguen la misma hora que en la España peninsular.
Moneda
La moneda que se usa en el país es el dinar tunecino. Actualmente el cambio está a 0.30€ por cada 1 dinar. Es complicado hacer el cambio de moneda antes de emprender nuestro viaje, y hay que tener en cuenta que suele ser más difícil calcular cuanto vamos a necesitar para todos los días que dure nuestro recorrido. Pero no debes preocuparte, ya que en los sitios más turísticos de Túnez encontraremos bancos y casas de cambio donde hacernos con los dinares que necesitemos a buen precio, e ir cambiándolos a medida que sea necesario. Algunos de los comercios, hoteles y restaurantes más internacionales aceptan el pago con tarjeta bancaria, así que en estos casos nos ahorraríamos tener que hacer el cambio en efectivo. Será conveniente que nos guardemos una copia de la transacción, siempre que nos sea posible, así nos evitamos posibles problemas. Será conveniente que los viajeros consulten las comisiones con su banco para no llevarse una sorpresa después del viaje.
Salud
Para acceder al país no es obligatoria ninguna vacuna. Eso sí, se recomienda que todos los viajeros se pongan la de la Hepatitis A y B si no la llevan puesta o no han pasado la enfermedad con anterioridad. La del Tetanos-Diftéria también es recomendable que esté administrada, ya que la enfermedad tiene una distribución mundial. Y por último la de la fiebre tifoidea también es altamente aconsejable, ya que el contagio de esta enfermedad se da por la contaminación de los alimentos y el agua.
Electricidad
No tendremos ningún conflicto a la hora de enchufar nuestros aparatos eléctricos en Túnez, ya que tanto los voltios como las clavijas son iguales que en España, 230V y clavijas tipo F.
Idioma
El idioma oficial del país es el árabe, aunque, debido a la dominación francesa, la mayor parte de la población es bilingüe. La mayoría de carteles informativos están en ambos idiomas, por lo que si tenemos nociones de francés movernos por todo el país no nos supondrá un problema comunicativo. Algunos de los habitantes, sobre todo los que viven en las zonas más turísticas, también dominan el inglés, incluso algunos tienen conocimientos de alemán, italiano y español. Los locales son gente muy amable y se saben hacer entender aunque haya una barrera idiomática por el medio, así que este tema no debe preocuparnos lo más mínimo.
Conexiones telefónicas e internet
La mayoría de compañías tienen cobertura en el país, aunque será necesario que los viajeros consulten con su compañía telefónica cual será la tarifa de roaming. Aunque las conexiones no son esplendidas en todo el país, será posible realizar llamadas en la mayoría de puntos geográficos, exceptuando algunas áreas aisladas del desierto del Sahara. En cuanto a Internet, las zonas más turísticas suelen tener cobertura de wifi, incluso el 3G se está instaurando en la costa norte de Túnez. Otra opción puede ser adquirir una tarjeta prepago en el mismo aeropuerto, y por poco dinero podremos cargarla para realizar llamadas o, incluso, tener datos e ir comprando megas, según los necesitemos. En las grandes ciudades también hay locutorios con cabinas para llamar y, en algunos puntos, están proliferando los cibercafés.
Consejo de seguridad
Es importante informarse antes de emprender cualquier viaje. Pero en este caso puede que necesitemos quedarnos más tranquilos sobre la seguridad de nuestro destino porque tenemos la mente condicionada por todo lo que leemos y escuchamos en la prensa sobre los países islámicos. Cabe decir que Túnez es un estado laico, aunque la mayoría de sus habitantes practican el Islam. Siendo así, es uno de los territorios más tolerantes del mundo árabe y es bastante laxo a la hora de imponer sus normas. Por lo tanto, a lo único que debemos estar atentos es a los pequeños robos a turistas que se dan en contadas ocasiones, igual que puede pasar en las más importantes capitales europeas. Su seguridad se ha visto reforzada desde que en 2015 sufrió dos ataques terroristas que intentaban minar su potencial turístico y dañar la economía de un país en expansión. Hoy en día Túnez está resurgiendo de sus cenizas cual Ave Fénix, y su grado de alerta terrorista no es más alto que el de algunas ciudades como Barcelona o Madrid. Eso sí, si vamos a explorar zonas aisladas se recomienda hacerlo con un guía experto o, en caso de no ser posible, es mejor evitar territorios fronterizos, sobre todo por durante la noche. Los viajeros que quieran ampliar información pueden contactar con la embajada de Túnez en Madrid.
Como moverse en Túnez
La República de Túnez es el más pequeño de los del Magreb, y tiene una extensión de unos 160.000 kilómetros cuadrados. A la hora de preparar nuestro viaje tendremos que tener en cuenta las distancias para calcular el tiempo y el dinero que vamos a invertir en transporte. Los puntos más turísticos de Túnez tienen un aeropuerto cerca, por lo que podremos aterrizar donde más nos convenga según planeemos un tipo de viaje u otro.
Una vez en el país tenemos que tener en cuenta que si vamos a alquilar un coche debemos tener al día nuestro permiso de conducir y estar identificados en todo momento, los controles de circulación son frecuentes en todo el territorio. Conducir es bastante seguro, aunque deberemos de estar bien atentos cuando vayamos por ciudad ya que suele ser un poco caótico y se nos pueden cruzar en el camino los coches, las motos, los peatones y otros vehículos. Por norma general se suele frenar y dejar pasar al que se nos está cruzando. Las vías que conectan las ciudades suelen ser más organizadas y se encuentran en buen estado, sobre todo las más concurridas. La mayoría de aeropuertos tiene oficinas de alquiler, donde podremos encontrar la mejor oferta para alquilar un coche y movernos a nuestro aire. Debemos tener en cuenta que si queremos descubrir zonas aisladas del desierto es mejor que ir acompañado de un guía que conozca el territorio y que tenga un vehículo para ese terreno.
Consejo de comportamiento
Aunque la sociedad de Túnez es bastante abierta, y el país es uno de los más laxos del Islam, conviene respetar las costumbres y tradiciones del lugar. Los templos religiosos tienen sus propias reglas para acceder al recinto, y en algunas ocasiones tendremos prohibida la entrada en algunas salas. No existe ninguna norma de vestimenta en la calle, pero se recomienda usar solamente la ropa de baño en las zonas turísticas como los hoteles y las playas más concurridas.
Más que un país, la República Dominicana parece un escenario construido expresamente para el disfrute del viajero. Playas paradisiacas, una naturaleza exuberante, un pueblo amable y hospitalario y unos hoteles y resorts en los que se pierde la noción del tiempo. Para completar el destino, una catálogo de actividades deportivas y de aventura prácticamente inagotable.
Comprobad con vuestros própios ojos por qué México es uno de los destinos más codiciados del planeta. Todo un espectáculo de la naturaleza, toda una muestra de calidez humana en un país de grandes ciudades e impresionante parajes naturales. Sabor, música, playas, historia, tradiciones, diversión… Mucho que ver, mucho que experimentar y mucho que recordar.
La isla más grande del Caribe es un paraíso terrenal en el que todos tus sueños se harán realidad: playas de una belleza incomparable, cultura e historia a raudales, una gastronomía variada y sabrosa y un ambiente inmejorable, que se respira en cada rincón de su territorio. Cuba atesora un millón de maravillas, y todas ellas están esperando ser descubiertas.
Un destino con mayúsculas, de esos capaces de dejar una huella imborrable en la memoria de cualquier viajero. Su clima impresionante, sus playas de ensueño, su gastronomía intensa y sabrosa, su cultura y tradiciones, la música reggae, la herencia de Bob Marley y un patrimonio natural único en el mundo hacen de Jamaica una isla deseada por todos pero visitada por solo unos pocos afortunados.