Prepara tu cámara de fotos y disponte a llenar la tarjeta de memoria. ¡Hay tanto donde elegir! Seguro que antes de viajar a Noruega ya has visto este lugar en fotos. Esos viajeros suspendidos en el aire sobre una mole de granito, se llama Preikestolen pero popularmente se ha hecho famoso como el Púlpito. Sólo puedes acceder por un lado porque los otros tres caen hacia el vacío durante más de 600 metros hasta topar con el fiordo que espera en el fondo. No puedes dejar Noruega si asomarte desde allí. ¡No hay otro mirador igual!
Otro de los mejores miradores de Noruega está en Alesund. Para llegar hasta él, deberás escalar el monte Aksla subiendo los 418 escalones que concluyen en el mirador de Kniven, con espléndidas vistas de la ciudad y las montañas e islas de los alrededores. En unos 15 minutos habrás completado la caminata y ten por seguro que la recompensa hará que el esfuerzo haya merecido la pena. Bueno, también es verdad que puedes ir en coche o en tren, pero tiene menos gracia… Cuando estés en Bergen, no te olvides de coger el teleférico y ascender los 320 metros que separan el centro de la ciudad de la cima del Monte Floyen. Desde lo alto podrás divisar en todo su esplendor la que (dicen) es la localidad más bella de todo Noruega. Date un paseo por alguno de los senderos que serpentean por la montaña y disfruta de las excepcionales vistas desde una cumbre que, sin embargo, no es la más alta de las siete que rodean la ciudad. Y para rematar tu recorrido por las mejores panorámicas de Noruega, no te pierdas la localidad de Geiranger. A unos cinco kilómetros del centro, la roca colgante de Flydalsjuvet te aguarda con unas sensacionales vistas del fiordo y del valle. Si quieres conseguir imágenes aún más espectaculares puedes descender por la colina hasta el borde, pero esta opción está reservada para viajeros intrépidos.