Enclavada entre Bélgica y Alemania, y asomándose con osadía al Mar del Norte, se halla Holanda, la gran Holanda, la incomparable Holanda. Un país que ha sabido reinventarse con cada embate del destino, que ha sabido reconstruirse después de cada trágico episodio de la historia y que ha sabido modernizarse al mismo tiempo que conservaba intactas sus costumbres y tradiciones.
Los Países Bajos son uno de los lugares preferidos por los viajeros de todo el mundo para vivir una escapada diferente y muy especial, ya que en un territorio de dimensiones bastante reducidas -su extensión es prácticamente idéntica a la de Extremadura- es posible admirar un gran número de elementos interesantes. Los diques con los que los neerlandeses le ganaron terreno al mar; una espectacular colección de museos repartidos por toda la nación y que se encuentran entre los mejores de Europa; un patrimonio histórico y cultural de impresión; una arquitectura única; una gastronomía insólita y deliciosa; un ambiente divertido, dinámico y abierto, y una sociedad combativa, libre y hospitalaria son solo algunos de ellos. Holanda es, en resumen, un destino esencial, un lugar pintoresco y sorprendente que debería figurar obligatoriamente en las agendas de todos los viajeros empedernidos del mundo.
