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Caminando en tierra seca

La inmensidad desértica

El desierto cubre la zona del Norte Grande de Chile, y queda delimitado por el océano Pacífico al oeste y la cordillera de los Andes al este. Las posibles excursiones por la zona parecen no tener fin, y ciudades como Iquique o Arica son puntos de partida ideales para conocer el desierto.

Adentrarnos en las oficinas de salitre fantasmas, observar el peculiar tono argiloso de la Laguna Roja, ver los geoglifos gigantes grabados en el terreno o pasear por el Valle de la Luna son las particulares opciones que este territorio ofrece. Aunque para dejarnos seducir por esta aridez no tenemos más que apuntarnos a alguna excursión de la mano de los expertos locales. Mucho cuidado si vamos por nuestra cuenta y no conocemos el lugar, es fácil desorientarse y perderse en medio de la nada desértica.

Un auténtico desierto

Valle de la Luna

La erosión eólica en la depresión que rodea la Sierra Orbate, a 2.550 metros de altura, ha esculpido paisajes únicos con el paso de los años. Como resultado, en el Valle de la Luna, nos encontraremos con crestas filosas y montículos que dejan como resultado un paisaje único que parece casi lunar. Caminando por este valle podremos fusionarnos con la naturaleza, que será nuestra única acompañante durante todo el camino, ya que es muy escasa o casi nula la presencia de flora y fauna. Grandes dunas formadas por arena, sal y roca serán nuestro telón de fondo. ¿Podríamos sobrevivir nosotros en este lugar?

Laguna Roja

Esta singular masa de agua, situada a unos 200km de la ciudad de Iquique, parece estar formada por sangre en vez de por agua. El característico color rojo que adquiere este lago es todavía un misterio, al cual se suman otros grandes interrogantes al no saber lo profundo que es ni por qué no aparece en muchos mapas. Las leyendas locales atribuían este inquietante color al demonio, que se apropió del agua y cambió su tono para advertir a la gente de su presencia. En una ocasión, una comunidad Aimara se asentó en la zona y poco tiempo después de beber agua de la laguna todos los integrantes murieron. Sea como fuere, llegados a este punto solamente podemos admirar la belleza del lugar que parece sacada de otro planeta.

Machuca

Conocer un auténtico pueblo desértico es posible en Atacama. Machuca cuenta con una población muy reducida, con tan solo una veintena de casas y una pequeña iglesia. La actividad principal de la zona es el pastoreo de llamas. Pasear por sus caminos de tierra y ver las casitas construidas con materiales del lugar es una experiencia que cada vez más gente quiere vivir, por eso los locales están empezando a abrirse al turismo y ofreciendo hospedaje a los visitantes. En esta pequeña aldea podremos probar auténticos platos locales, como anticuchos de llama o de alpaca y grandes empanadas hechas in situ, y comprar artesanías del desierto.

El firmamento chileno

La percepción del cosmos que rodea el planeta tierra cambia mucho dependiendo del ángulo desde el que se observe. La contaminación lumínica actual dificulta poder contemplar a ojo desnudo un buen número de astros, planetas y satélites. Pero si estamos viajando por Chile esto no debe preocuparnos, ya que el país, y más concretamente, las zonas del desierto de Atacama, son considerados los mejores puntos para ver el cielo estrellado. Se espera que para el año 2020 el territorio chileno tenga el 60% de la observación astronómica mundial con fines altamente científicos. Y para todos los ciudadanos que quieran aprender sobre los misterios del universo también existen varios puntos de observación donde podremos comprobar con la mejor tecnología lo que ocurre sobre nuestras cabezas. ¿Descubrir una estrella nueva? ¡Quizá tengamos suerte!