Italia sabe vestirse de fiesta como pocos países en el mundo. Viajar a Venecia durante el Carnaval, a Siena durante Il Palio o a Roma en Semana Santa, Navidad o Año Nuevo multiplica el atractivo de tu viaje y la diversión.
Es probable que, de todas las fiestas italianas, la primera que te venga a la cabeza sea el Carnaval de Venecia. No es el único destacable del país, pero sin duda es el más famoso y elegante. Esta celebración, que se remonta como mínimo al siglo XIII, llena la ciudad de actividades durante dos semanas. Incluso se siguen organizando bailes de disfraces en los palacios venecianos. Eso sí, después de la jarana del Carnaval, Italia se concentra en la celebración de la Semana Santa. Como es lógico, el Vaticano es la sede de los actos más conocidos en el todo el mundo –sobre todo el Via Crucis y la Santa Misa del Domingo de Resurrección-, pero en todo el país, hasta en el pueblo más pequeño, hay procesiones, misas, representaciones o eventos folclóricos.
La capital italiana también es un excelente destino para celebrar la Navidad y el Fin de Año. Acudir a la Misa del Gallo en cualquier iglesia romana o a la Plaza de San Pedro al día siguiente es una experiencia inolvidable. Además, en los días previos hay belenes, mercadillos y mucha animación por las calles. Y la noche de Fin de Año, Roma se llena de gente bebiendo champán y disfrutando de los fuegos artificiales.
Asimismo, durante todo el año prepárate para encontrar una agenda repleta de festividades llenas de color. Por ejemplo, si puedes, acude a Siena el 2 de julio o el 16 de agosto, cuando se celebra Il Palio, una carrera de caballos en la que los barrios de la ciudad compiten al estilo medieval. Si viajas en invierno, no te pierdas las enormes hogueras que se encienden en los pueblos del norte con motivo de La Giubiana.