Un buen lugar para empezar un variado recorrido por el país es Bariloche, sin duda uno de sus centros turísticos más estilosos. Desde siempre, San Carlos de Bariloche –este es el nombre completo- ha atraído a la elite argentina, aunque en los últimos tiempos es un lugar de encuentro para viajeros de todo tipo y condición. Y es que en Bariloche hay mucho que hacer. Los amantes del senderismo y la escalada tienen una enorme cantidad de opciones a su servicio para adentrarse en el Parque Nacional Nahuel Huapi. Prueba con el rafting, con las excursiones a caballo o los deportes acuáticos. Y si es temporada, ten en cuenta que tienes la mejor estación de esquí de la región a tiro de piedra.
¿Y adónde se marcharon los ricos de Buenos Aires? No muy lejos de allí, a La Recoleta. Es la zona de más alto nivel de la capital, como podrás comprobar dando una vuelta por la elegante avenida Alvear, donde las antiguas mansiones se alternan con las boutiques de marcas internacionales. Y no sólo eso, en La Recoleta encontrarás parques frondosos, espectaculares museos, elegantes edificios y preciosas iglesias –no te pierdas la de Nuestra Señora del Pilar, justo al lado del famoso cementerio del barrio-. Y recuerda que en la plaza Intendente Alvear se organiza la feria de artesanía más famosa de la capital. Para concluir esta peculiar ruta, nada mejor que visitar una de las catedrales más espectaculares de Argentina: la catedral de La Plata. Situada muy cerca de la plaza Moreno, este edificio neogótico empezó a construirse en 1885, pero no fue inaugurado oficialmente hasta 1932. Seguro que si has estado en Colonia (Alemania) o en Amiens (Francia) sufres alguna especie de déjà vu porque las preciosas vidrieras y los elegantes suelos de granito pulido recuerdan a sus predecesoras medievales. Si quieres, puedes subir en ascensor hasta el tejado para disfrutar de unas vistas sublimes de la ciudad.