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Un país lleno de sorpresas

Diversión sin límites

Más allá de las grandes obras de la arquitectura y de sus inolvidables museos, Polonia alberga un sinfín de enclaves que destacan por la diversión y el entretenimiento que ofrecen al viajero. Lugares animados, bulliciosos y repletos de gente pasándolo bien, en los que el tiempo pasa muy deprisa y las páginas de nuestro álbum de fotos se llenan aún más rápido.

Cada jornada en Polonia es susceptible de convertirse en un día memorable, gracias al amplio catálogo de ciudades, pueblos, monumentos y lugares pintorescos con el que cuenta el país. Y parte de la responsabilidad de que exista ese catálogo es de los contrastes que podemos encontrar entre unos sitios y otros. Es posible, por ejemplo, pasear por una ciudad cuyo centro urbano es precioso y está lleno de historia, y que, al mismo tiempo, es uno de los motores industriales del país. Es el caso de Gdansk, la mayor ciudad portuaria de Polonia. En ella se encuentra el astillero en el que se creó el famoso sindicato “Solidaridad”. Gdansk forma, junto con las ciudades vecinas de Gdynia y Sopot, un área metropolitana llamada, en polaco, Trójmiasto ("Triple Ciudad"). Tras la derrota del ejército alemán, al final de la II Guerra Mundial, la ciudad fue integrada en la República Popular de Polonia, que después de la caída del telón de acero, pasó a llamarse República de Polonia. Ocurre algo similar en Katowice, la ciudad más importante del área Industrial de Silesia Superior. La ciudad fue uno de los principales focos de la industria minera, gracias a la gran cantidad de carbón hallado en sus alrededores. Katowice es, en la actualidad, junto con Varsovia y Cracovia, uno de los principales centros industriales, económicos y financieros del País. En la ciudad destacan la gran cúpula de la catedral de Cristo Rey, el museo de la archidiócesis y el ultramoderno Museo de Silesia.

También hay otros lugares que destacan por los motivos más variopintos, como Zakopane, un municipio turístico en el sur de Polonia, a los pies de los montes Tatras. Se la conoce también como la capital de invierno de Polonia, ya que se trata de un centro popular para los deportes de nieve, el montañismo y el senderismo. La localidad es famosa por sus chalés de madera, representativos del particular estilo arquitectónico de la región. Zakopane ha sido sede de multitud de competiciones internacionales de deportes de invierno e incluso candidata a los Juegos Olímpicos de invierno de 2006.

Algunos lugares polacos que te sorprenderán

La Mina de sal de Wieliczka

Esta asombrosa mina de sal, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979, es uno de los monumentos más valiosos de Polonia. La mina está formada por más de 300 kilómetros de galerías, lagos subterráneos y salas decoradas con esculturas, máquinas, picos y palas de la época, así como esculturas y bajorrelieves realizadas por los mineros con bloques de sal. El lugar más sobrecogedor de la mina es la Capilla de St. Kinga, decorada completamente a base de sal.

Plaza del Mercado de Cracovia

La Plaza del Mercado de Cracovia, principal punto de reunión de ciudadanos y turistas, es el centro de la ciudad. Está rodeada por casas burguesas y palacios medievales. Desde el siglo XIII, ha sido lugar favorito de comerciantes, además de ser testigo de ceremonias, celebraciones y ejecuciones públicas. Es la plaza medieval más grande de toda Europa. Junto a sus agradables terrazas, se encuentran la lonja de los paños, la basílica de Sta. María, la iglesia de S. Adalberto o la Torre del antiguo ayuntamiento.

Enanos de Wroclaw

Muchos de los enanos de bronce de Wroclaw (Breslavia) tienen su leyenda, pero lo que es cierto es que el primer enano “apareció” en 2001, cuando las autoridades pusieron en las calles el “Papa Enano” en conmemoración de la “Alternativa Naranja”, un movimiento social contra el régimen comunista. Actualmente, hay más de 400 enanos, todos ellos representando un oficio, repartidos por toda la ciudad. Incluso existe una ruta planeada para intentar encontrarlos, lo que no es fácil debido a su pequeño tamaño.

Plaza del Mercado de Breslavia

La majestuosa plaza medieval del Mercado de Breslavia (Wrocław en polaco), fue reconstruida, casi por completo, a partir de un montón de ruinas después de la II Guerra Mundial. Está llena de restaurantes, cafés, bares y tiendas. En esta plaza se encuentra la Piwnica Świdnicka, que presume de ser la cervecería más antigua de Europa. En torno a la plaza del mercado se encuentran el antiguo ayuntamiento gótico, o el Museo de arte burgués, que forma parte del Museo de la ciudad de Breslavia.

Stare Miasto (Cracovia)

El Stare Miasto de Cracovia, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1978, es el casco antiguo de la ciudad, antiguamente amurallado, donde se encuentran los edificios históricos más importantes de Cracovia y tesoros artísticos y arquitectónicos con más de mil años de historia, como la Puerta de San Florián, la Catedral, la basílica gótica de Santa María, el teatro Slowacki, el Collegium Maius y otros edificios de la Universidad, la torre del Ayuntamiento, o la Iglesia de San Adalberto del siglo XI.

Mercado Viejo de Poznan

La plaza del Mercado de Poznan no es tan grande como las plazas de Wroclaw o Cracovia. Aun así, es la tercera de mayores dimensiones de Polonia. Construida a mediados del siglo XIII, impresiona su gran belleza. De forma casi cuadrada, la plaza muestra una sucesión de casas de dos plantas con fachadas de colores, la mayoría de las cuales son cafeterías y restaurantes. En el centro, destaca el imponente Ayuntamiento de estilo renacentista.