A pesar de estar eclipsada por los maravillosos Templos de Angkor, Siem Reap tiene muchísimo que ofrecer y ha sabido adaptarse a las exigencias de los visitantes sin perder de vista la esencia con la que nació.
Se trata de una bulliciosa metrópoli en la que predomina un caos incesante. Tanto en las pequeñas callejuelas como en los amplios bulevares, cientos de motos se desplazan de un lado a otro y hacen sonar sus bocinas prácticamente en cada esquina. Pero este alboroto desaparece al cruzar la puerta de alguno de los numerosos centros de spa, que se encuentran salpicados por toda la ciudad, o al entrar en alguna de las tiendas rebosantes de artículos tradicionales. Puede disfrutar de Siem Reap desde el viajero más aventurero hasta el turista que busca un mayor confort. La variada oferta de hoteles da la posibilidad de alojarse en hostales, hoteles boutique y en establecimientos de todas las categorías. La gastronomía de esta localidad es otro de sus atractivos, pero también lo son sus mercados tradicionales, perfectos para mezclarse con sus gentes, y su animada vida nocturna. La calle más transitada es la de Pub Street, su mayor centro noctívago. Y es que al caer la noche esta vía se transforma en un lugar cosmopolita lleno de diversión. No obstante, el mayor atractivo de Siem Reap son los templos de Angkor, el fabuloso complejo arqueológico en el que la naturaleza demuestra su fuerza al apoderarse de las construcciones alzadas por el hombre varios siglos atrás.
